Control obrero ¿Control sobre los trabajadores o verdadero control de los trabajadores?

Prensa Opción Obrera 23 Julio - Agosto 2012

Control obrero
¿Control sobre los trabajadores o verdadero control de los trabajadores?
En el capitalismo los obreros y los patronos pueden convivir sólo si los primeros se someten a los segundos.

Tanto la producción como los servicios funcionan de acuerdo al mercado capitalista: inversión, costos de equipos e insumos, salarios, ventas, ganancias; porque rigen relaciones de producción de una sociedad que nada tiene que ver con el socialismo. En ese esquema social a los trabajadores nos corresponde luchar por el empleo y por el salario, por un lado, y por ser los verdaderos propietarios de la riqueza producida, por el otro.

En todo momento esa es la situación, también en época de elecciones. Integrantes del PSUV plantean que por la misión 7 de Octubre los trabajadores debemos paralizar las protestas por este año, creyendo que la lucha de clases se puede tomar vacaciones; tras este absurdo, no dicen que se debería parar la explotación, los abusos y la represión a las luchas, menos mueven un dedo para presionar a los patronos a que suspendan a los despidos o a que se aboquen a discutir pliegos conciliatorios y conflictivos o contrataciones colectivas.

Cuando el gobierno bolivariano lo impone, el “control obrero” es en las empresas del Estado quebradas. Como con sus gestiones directas en ellas no resultan en algo positivo recurre a los trabajadores controlándolos para culparlos de lo que es su propia incapacidad e ineficiencia. Para salir del atolladero, pone y quita en las empresas y termina endeudándose como con los chinos para seguir la sangría.

Cuando los trabajadores se proponen el verdadero control en la producción o en los servicios tienden a manifestar una dualidad de poder con los que ejercen la dirección, al de los patronos le oponemos el de los obreros. El “control obrero” del gobierno bolivariano no es para que seamos el poder en las empresas, es para controlarnos mejor y así mantener las relaciones sociales existentes. Que nos exijan sacrificios para “salvarlas” de la ineficiente gestión de los colocados a dedo por el gobierno, y en nombre del “socialismo”, lo que termina demostrando es que seguimos y seguiremos siendo trabajadores controlados.

El socialismo es el bienestar para los trabajadores y esto se puede únicamente con los trabajadores gobernando, mientras tanto debemos evitar que nos sigan atropellando y oprimiendo. La respuesta tiene que ser que la crisis la paguen los capitalistas que fueron quienes la causaron.

El socialismo no puede ser la mayor suma de felicidad posible de todos los venezolanos si de esa felicidad participan los banqueros, los de Fecamaras, la boliburguesía y los terratenientes. La mayor suma de felicidad se dará en un país sin explotadores. Hacia allí es que apunta un verdadero control de los trabajadores, que tenemos que conquistar.