Opción Obrera es la sección venezolana de la CRCI (Coordinadora por la Refundación de la IV Internacional)

Propulsamos el desarrollo de una política proletaria al seno de los trabajadores tras su independencia de clase y una organización de lucha para su liberación de la explotación e instaurar El Gobierno de los Trabajadores, primer paso hacia el socialismo.

Ante la bancarrota capitalista mundial nuestra propuesta es que:


¡¡LOS CAPITALISTAS DEBEN PAGAR LA CRISIS!
¡LOS TRABAJADORES DEBEN TOMAR EL PODER!



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lunes, 14 de diciembre de 2015

SE VIENE CONTRA LOS TRABAJADORES EL PEOR DE LOS AJUSTES, ¡A ORGANIZARNOS PARA IMPEDIRLO!


SE VIENE CONTRA LOS TRABAJADORES EL PEOR DE LOS AJUSTES, ¡A ORGANIZARNOS PARA IMPEDIRLO!
EL FRENTE ÚNICO CLASISTA Y DE LUCHA ES EL MÉTODO

La salida capitalista a la catástrofe económica que padecemos implica una política antiobrera en todos los frentes. Es necesario estimar, evaluar, analizar las consecuencias de las políticas que ya están en marcha.

Tenemos que elaborar una plataforma de lucha y plantear una vasta deliberación en todas las organizaciones sindicales, obreras y estudiantiles que se reclamen independientes del gobierno y de la oposición de derecha, del poder ejecutivo y del poder legislativo en esta especie de dualidad de poder en el Estado burgués.

Las prioridades para los capitalistas y sus defensores

En primer lugar, tanto para el gobierno de Maduro como para la MUD, ahora con el dominio absoluto de la AN, la prioridad es rescatar a la burguesía de la desastrosa situación económica del país con el fin de continuar dándole los beneficios a los de siempre, los empresarios nacionales y extranjeros y la banca, junto a los que especulan en cualquier rama del comercio.

Para ellos el problema fundamental es la escasez de divisas, y esto se busca aliviar aumentando el precio de los combustibles. Informan de millonarias pérdidas en dólares, no en bolívares, que se pierden por el subsidio.

Sin embargo, es la medida más dura de implementar por el efecto directo y multiplicador del costo de la vida, ya que afectará a los sectores de menores recursos, los que viajan en trasporte colectivo. Adicionalmente redundará en los costos de todo el transporte de carga, costos que serán transferidos de inmediato a los precios de los alimentos y medicinas y todo lo que se comercia en el país. Y no por menos importante, en las tarifas eléctricas pues muchas de las plantas generadoras funcionan con diesel y no gas.

El gobierno de Maduro ha debido lidiar con el aumento del precio en el transporte público ofreciéndoles villas y castillos a los choferes particulares, líneas y cooperativas, pero el bolsillo del pueblo es quien termina pagándolo. El peso de un aumento en la gasolina redundará en el transporte público con un impacto aun más grande en el pueblo. Tiene un precedente en el caracazo en 1989, apenas a escasos meses del ascenso de CAP al poder tras una votación descomunal a su favor.

En segundo lugar está la devaluación, así sea sólo reformando el control de cambios. La entrega de divisas es fundamental porque el país importa la mayor parte de los alimentos manufacturados o sus insumos para producirlos, desde maíz, azúcar, café o granos hasta mezclas para producir alimento para pollos o ganado. Además de todo tipo de materias primas y enseres para la industria, desde la cerveza que nunca escasea hasta el sector automotriz (autos, camiones, buses y motocicletas) con ensambladoras grandes y pequeñas donde casi el 100% es material importado. Las nuevas plantas chinas de ensamblaje de automotores no cambian esta situación, la empeoran.

El problema de la devaluación es en cuanto colocar el precio del dólar preferencial para estos importadores, a fines de satisfacerlos. El precio del barril de petróleo está estimado a bajar a 20 dólares en el 2016. Para el viernes 11 de diciembre llegó a 31,24 dólares y el promedio de todo el 2015 rondará menos de 45 dólares. El pueblo y sus necesidades de viaje o de compras en divisas no es importante para ellos, para eso continuará existiendo el mercado negro.

Para sostener el tamaño del Estado se requieren bolívares. El presupuesto ejecutado del 2015 fue duplicado con créditos adicionales. El del 2016 se calculó cercano a ese monto. Para poderlo aplicar se requieren de otras medidas que aumenten los ingresos en bolívares. Por ventas de petróleo un 14%, sin embargo el precio que se estimó fue de 50 dólares el barril, de ahí la necesidad imperiosa en devaluar en grande para cubrir la brecha que dejaría el petróleo a 20 dólares en 2016. El grueso del ingreso serán los impuestos que determinarán más de 80% de la recaudación. La paradoja es que esos impuestos se pagan con los ingresos que genera el petróleo. Por lo tanto es deficitario ese presupuesto, es artificial y depende del ingreso petrolero con un grado de parasitismo mayúsculo, en otras palabras, respaldado sobre bases ficticias.

Entre los impuestos están el IVA y el ISLR. Del IVA la propuesta gira en aumentar su tasa, y la pagaremos los trabajadores y el pueblo aun si nos dicen que tal o cual producto están exentos. Con el ISLR, al quedar invariable la unidad tributaria durante el año, ahora pecha a los trabajadores debido a los constates aumentos del salario nominal –no el real que compense la pérdida del poder adquisitivo–, elevándose estos por encima del monto mínimo no gravable y el SENIAT obligando a los patronos a que les hagan la “debida” retención y presentar la respectiva declaración antes del 31 de marzo del 2016 y pagar al fisco. Estiman adicionalmente reponer el impuesto a las transacciones financieras de forma que con cada retiro de su salario que un trabajador realice también pagará.

Y aún tienen otras medidas. Más aumentos de precios en todos los artículos de primera necesidad para el pueblo. Y más endeudamiento, más pago de deuda a lo externo y a lo interno que siempre buscaran solventar como sea, descargándola en los trabajadores y con cada vez menos mantenimiento e inversiones en los servicios básicos.

Las prioridades para nosotros los trabajadores

El movimiento obrero tiene que prepararse para enfrentar el ajuste y derrotarlo. Propongamos asambleas en las fábricas y en las comunidades para discutir los problemas locales y nacionales, deliberar y decidir propuestas de acción concreta con fechas y responsables de coordinar.

Hay que intervenir autónomamente en este descalabro económico con el Frente Único Clasista y de Lucha.

Ante este panorama, el clasismo tiene que intervenir a partir de tres cuestiones inmediatas:
  1. Expropiar a la banca bajo control de los trabajadores, su centralización y unificación para promover el crédito como palanca para incentivar la producción nacional.
  2. Implantar el monopolio del comercio exterior bajo control de los trabajadores que dictamine qué se importa, cómo y cuándo, de forma que materias primas, insumos y bienes de capital se orienten a la producción nacional propia, y que los alimentos imprescindibles a ser importados de manera planificada lleguen a todos los rincones del país y a todo el pueblo.
  3. Imponer la suspensión inmediata del pago de la deuda externa e interna para destinar sus recursos en maquinarias, repuestos y tecnología para echar hacia adelante un plan nacional de industrialización y de agroindustria que se sustente en lo nacional y no en la importación libre que acrecienta el capital de la burguesía comercializadora e importadora.


Además de luchar:
  • Por un salario mínimo que cubra el valor de la cesta básica familiar de 5 personas, indexada mensualmente con la inflación (escala móvil de salarios).
  • Por un aumento general de sueldos y salarios que equipare la pérdida acentuada del poder adquisitivo en los dos últimos años.
  • Por la suspensión inmediata del pago de ISLR o de cualquier otro impuesto al salario.
  • Para decir NO a la tercerización. Que los eventuales pasen a fijos y los temporales dispongan de iguales beneficios que el personal sujeto a la contratación colectiva.
  • Por la defensa del derecho a huelga, a la libertad sindical y a la contratación colectiva.
  • No a la criminalización de la protesta laboral y social.
  • No a los despidos y suspensiones. Por el reparto de las horas disponibles de labor entre todos los capacitados sin menoscabo del valor del salario.

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