Prensa Opción Obrera 24 - Agosto 2012 Extraordinario
UNA ESTAFA:
POPULISMO NO ES SOCIALISMO
Se repite hasta la saciedad acerca de
la asociación entre revolución bolivariana y los resultados electorales, según
este concepto con una alta votación favorable y una baja abstención
significarán una mayor hegemonía y consolidación de la revolución.
¿Hay hegemonía de quién? De los
trabajadores no es.
¿La consolidación va en conjunto de
tal hegemonía? No podemos consolidar lo que no hemos alcanzado.
¿Qué puede tener en común la
revolución venezolana con el bolivarianismo?
El bolivarianismo no es otra cosa que las
tares pendientes que no se realizaron en la época de crecimiento o progreso
burgués, por ejemplo la unidad del país, el mercado interno, la
industrialización y el empleo (proletarización), el reparto de la tierra, la
alianza con otros pueblos para frenar a los países con mayor desarrollo
financiero, es decir soberanía.
Ahora bien, como ya es tarde para ello,
eso no lo puede hacer más ninguna burguesía pues no es otra cosa que el
capitalismo en crisis permanente y en decadencia. Eso le toca a la clase obrera
como gobierno, es decir, quitar a los fracasados y colocarnos los trabajadores
como primer paso.
Si seguimos al revés toda tentativa se
frustra por la incapacidad congénita de la burguesía nacional. Si no lo
asumimos los trabajadores vienen los intentos como tragedia. La farsa ya pasó,
antes con los militares o las terceras
vías con los nombres que sean: peronismo, aprismo, varguismo; después con los
del allendismo, los farabundo martí, sandinismo, chavismo.
Todos estos intentos nacionalistas
tuvieron, o tienen, la función de desviar lo que es una revolución, para hoy, querer
comprar el capitalismo y convertirlo a socialismo pidiendo prestado a los
dueños del mismo. De esa forma la deuda eterna se acrecienta pues ni siquiera a
la deuda contraída por los otros, los de la IV república, son capaces de
rechazar. Durante 5 años y a partir de 2011, Venezuela deberá disponer de
20.000 millones de dólares para satisfacer el servicio de la deuda eterna que
los defensores del Estado de los capitalistas no sólo acrecentarán, también
“honrarán” en aras del tan conocido populismo.
Para ser verdaderamente soberanos debemos
plantearnos desconocer la deuda eterna, pero no es con la ficción de un
“socialismo” que enmascara el capitalismo para garantizarle a la burguesía
disponer de su Estado que tal demostración de soberanía pueda concretarse. Son
los trabajadores desde su propio gobierno, aquí en nuestro país como en el
resto del continente latinoamericano, los que pueden demostrarlo para golpeando
juntos someter al imperialismo, en particular al yanqui.
No es con gringos o chinos que podamos
superar el atraso de haber llegado tarde a la expansión capitalista en el
planeta. Sí es posible en el marco de nuestros propios gobiernos de
trabajadores.
POR LOS
ESTADOS UNIDOS SOCIALISTAS DE AMÉRICA LATINA
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