AMUAY: UN CRIMEN POR LA
VORACIDAD CAPITALISTA DE GENERAR INGRESOS
Al
Estado en su interés de explotar el petróleo desde la perforación hasta la
refinación les importa un comino las condiciones mínimas de seguridad en las
condiciones de trabajo como el derecho a respetar las convenciones colectivas.
Las comunidades vecinas a los sitios de refinación tanto en Amuay y Cardón,
como en Puerto La Cruz y El Palito, unas planificadas y otras no, son un
monumento al riesgo por parte del Estado al admitir viviendas al lado de unas
“bombas de tiempo” necesarias para mantener la voracidad capitalista de
ingentes ingresos por la venta de
petróleo y sus derivados. Las condiciones de mantenimiento, tanto
preventivo como correctivo o las paradas regulares y planificadas en las
refinerías, son las peores en muchos años y no se pueden esconder. Las actas y
notas de denuncias de los delegados de prevención, salud y seguridad laborales
son constantemente burladas e incumplidas sus correcciones por la burocracia
roja rojita designada por PDVSA.
En
el caso de la tragedia sucedida en Amuay, se palpa inmediatamente que desde
hace muchos años, desde la cuarta república y la quinta actual, nunca se debió
permitir disponer de concentración humana cercano a un sitio tan peligroso como
esa área de almacenamiento. La PDVSA de la “revolución bolivariana y
socialista” ha permitido que tanto la ubicación de un destacamento militar como
un campamento de sus familiares, así como el área de viviendas en el campamento
de Judibana, se encuentren adyacentes al patio de tanques y en particular a
donde se ubican las esferas de gas (Alta Presión) de la refinería.
¿Necesitábamos que lo que pasó sucediera para saber de las condiciones de alta
peligrosidad para sus habitantes? Para el gobierno bolivariano es el petróleo y
sus derivados lo que importa porque con sus dólares se sostiene el Estado de
los capitalistas.
El
ministro y presidente de PDVSA, Ramírez, confirmó que media hora antes se había
detectado la fuga de gas pero no dijo si alguien dio orden de desalojo de todos
los que vivieran cercanos al sitio, menos apenas conocida las señales de
presencia de gas sentidas desde mucho antes en los que habitan el campamento.
Para los burócratas de PDVSA en la refinería de Amuay tal plan de desalojo no
estuvo contemplado pues lo prioritario era su funcionamiento y no la vida de
los que viven en riesgo aledaños a ella. Las responsabilidades legales como
penales deben ser establecidas y en ese sentido no se puede designar una
comisión dirigida por los mismos responsables, eso es pagarse y darse el
vuelto. Es primordial crear una comisión que responda a los agraviados y no a
los victimarios.
Esa
comisión debe ser elegida por los propios trabajadores y las comunidades
afectadas, debe tener todos los derechos en acceder a todas las instancias y
registros para alcanzar la verdad y se sepa quiénes son los violadores de la
seguridad que causó tantas muertes en ese momento y de otros tantos
trabajadores en los últimos años. A los trabajadores petroleros es obligatorio
que PDVSA les garantice la seguridad pues laboran en una bomba de tiempo, del
mismo modo debe proceder a reubicar a un sitio seguro las viviendas, servicios
o comercios aledaños a la planta.
El “saboteo” está por toda
Venezuela
Las
carreteras abandonadas y repletas de cráteres por muchos años desde antes de la
campaña electoral, las malas condiciones del transporte colectivo por tierra y
aire, los hospitales, las escuelas, la vivienda, los servicios más básicos como
la energía eléctrica, el agua potable, el gas, las plantas industriales, el
armamento en las prisiones y fuera de ellas, todos son el pan de cada día del
“saboteo” para todos los venezolanos de las comunidades. Permitir continuar
esta situación es avalar el crimen al suceder tantas bajas por estas
condiciones de riesgo.
La tragedia como concepto griego, son las circunstancias insalvables, imposible de sopesar. Lo trágico es un estado donde no hay posibilidad ninguna de corregir los acontecimientos. El hombre incerto en la tragedia no puede sino someterse a ella. Sus acciones son imposibles de corregir el curso de los acontecimientos, o sea, la tragedia es un elemento determinista donde las variables encajan inequívocamente y no tienen solución.
ResponderEliminarEs una tragedia el suceso mencionado? Los accidentes son una sucesión de errores no contemplados, no vistos en su conjunto, son un hecho singular indeterminante o poco probables pero que suceden. Es Amuay un accidente? Es una tragedia? Por el informe que se nos presenta, ni una cosa ni la otra, ya que estaban estipuladas las variables claramente definidas. Simplemente en algún momento ocurriría por el accionar, si el documento esta en lo cierto, infame de quienes dirigen la explotación.
Sino es un accidente, sino es una tragedia, que es? El titulo original lo sintetiza todo, un crimen de párvulos infames que escondiéndose en la retórica seudocientífica, seudoideológica, construyen una estantería para seguir sosteniendo el sistema aberrante en el que vivimos. De ser ciertas las expresiones de socialismo, de "construcción del socialismo", el cual tiene como base fundamental la alta planificación para hacerle frente a la explotación capitalista, para que la explotación se magnifique y pueda competir contra la vorágine del mercado capitalista.
Si este suceso es solo una triste y pérfida demostración de que la "construcción del socialismo", parafraseando a Marx, mas que una tragedia es una farsa, que el día de mañana nos agarre confesados porque el ocultamiento de la realidad objetiva en el marco de lo "trágico", que infunde en el mundano humano, en su simplicidad de asociación, restará las culpas que los imbéciles mentirosos que manejan los destinos no viene engrupiendo.
Sugiero al autor por ende, sacar toda mención de tragedia o en su defecto recalcar que esto de trágico no tiene un coño si son ciertas sus aseveraciones. También sugiero, como apéndice o nota se atestigüe la documentación que confirmaría la criminalidad de lo acontecido. No debemos caer en el jueguito infantil del electoralismo pequeño burgués que es el acontecer inmediato de estos momentos en Venezuela. Debemos claramente saber transmitir, en el dolor que estos acontecimientos profundizan en las mentes de los trabajadores, que este acto de desidia, de acuñar el esclavismo capitalista disfrazándolo incluso de un Estatismo Nacionalista Burgués, no es ni más ni menos que epígrafe de la insanía de quienes digitan los destinos de Venezuela.
Es un crimen, porque se debió evitar en concurso de las seguridades que el sistema de explotación petrolera tiene, es un crimen como también es un crimen la falta de respuesta del Estado para cuestiones más básica que en este suceso se muestran desencarnadamente. Y es una infamia que para ocultar el crimen se utilice la sensibilidad que la tragedia tiene como símbolo colectivo e inconciente.
Y si es un crimen hay que juzgar y condenar a los criminales; eso es socialismo, simplemente justicia!
Viktor Dellsen