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Propulsamos el desarrollo de una política proletaria al seno de los trabajadores tras su independencia de clase y una organización de lucha para su liberación de la explotación e instaurar El Gobierno de los Trabajadores, primer paso hacia el socialismo.

Ante la bancarrota capitalista mundial nuestra propuesta es que:


¡¡LOS CAPITALISTAS DEBEN PAGAR LA CRISIS!
¡LOS TRABAJADORES DEBEN TOMAR EL PODER!



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lunes, 15 de julio de 2013

Brasil: entre Turquía y Egipto


Brasil: entre Turquía y Egipto

Junio quedará en la historia por la realización de manifestaciones de masas simultáneas en más de 600 ciudades, por primera vez en todo el territorio de Brasil. Ahora, retorna a la agenda pública la crisis económica y política. El tarifazo de los transportes fue anulado en todas las ciudades, incluso en las que no hubo manifestaciones. El pavor de gobernadores e intendentes fue memorable. El gobierno nacional, inicialmente paralizado, ha respondido con una propuesta de “cinco pactos” (que ya nadie recuerda) y con la promesa de consagrar el 100% de las regalías del petróleo de aguas profundas a la salud y la educación –o sea apenas un 8% de la renta petrolera. A su vez, el Senado le recortó un 56,3%. El Congreso anunció desgravaciones impositivas para las empresas de transporte, para compensar la anulación de los aumentos de tarifa.

En su pánico inicial, el gobierno propuso un plebiscito popular para convocar una “asamblea constituyente para una reforma política”, lo que luego se transformó solamente en un plebiscito sobre elecciones y partidos, y más tarde en un referendo sobre cinco tópicos acerca del sistema electoral. La improvisación no impidió que la izquierda “progresista” del PT o de algún otro partido “de izquierda”, para no hablar de una intelectualidad izquierdosa, apoyara con entusiasmo el engendro concebido para desmovilizar al pueblo. La explosión popular provocó una derechización aún mayor de la izquierda brasileña.

El gobernador de Rio Grande do Sul, Tarso Genro (PT) abrió un sitio de Internet para recibir sugerencias de la población. El PSTU, único partido relevante de la izquierda clasista, cambió, en su espacio gratuito de televisión, el rojo predominante de su color habitual por el “verdeamarelo”, incluyendo un símbolo que algunos compararon con el de la Confederação Brasileira de Futebol. El PSOL reaccionó en direcciones disparatadas, según la tendencia que integra su desintegrado panel. En estas condiciones, la propuesta de un “frente (electoral) de izquierda” (para 2014), reiterada en TV por el PSTU, carece de contenido. Se observa una acentuación del divorcio entre la izquierda y la situación del país, ni hablar de las masas.

La “reforma política” propuesta por el gobierno es una farsa reaccionaria. Sus aspectos principales son el financiamiento público exclusivo de las campañas electorales y el voto en lista sábana. Con esto pretende continuar con las operaciones para salvar de la cárcel a la cúpula lulista del PT y de aliados del PMDB por un sonado caso de corrupción (mensalao), armado para asegurar una mayoría parlamentaria permanente al gobierno de coalición.

La reforma no toca la extinción del Senado o la reducción del mandato de senador (ocho años), no promueve la elección popular de jueces y fiscales, ni deroga la vergonzosa Ley de Amnistía, que declaró impunes para siempre a asesinos, torturadores y ladrones comprobados del régimen militar. Por no hablar de la militarización de las policías, que matan impunemente (poseen fuero judicial y tribunales propios). Que la izquierda apoye esta porquería revela el nivel de su bajeza.

La oposición parlamentaria negocia a cuentagotas en función de desgastar al gobierno de coalición PT-PMDB o hasta de provocar la renuncia anticipada de Roussef, cuya “popularidad” cayó al 27%, en cuyo caso asumiría el vice o el presidente de la Cámara (ambos del PMDB). El “golpe” sería el de los aliados que el PT abrazó y aduló en los últimos diez años. La crisis económica acelera los plazos. El crecimiento del PBI, previsto inicialmente en más de 3,5%, ya ha sido reducido a menos del 2% (abajo del crecimiento demográfico, lo que provocará una nueva caída del PBI per cápita). El aumento de las tasas de interés, cediendo a la presión del capital financiero, no logra impedir la fuga de capitales, y ha aumentado la deuda pública al punto de provocar el recorte suplementario de 15 mil millones de reales del presupuesto (afectando, claro, salud y educación…) para cumplir con la meta fondomonetarista de superávit primario. Compárese con el previsto superávit comercial de 6,5 mil millones de reales (10% del superávit de los “años de oro” de Lula) después de haber transformado todo el sistema productivo y de obras públicas para hacer del país una plataforma exportadora.

La economía brasileña, como ya lo dijimos, es una bomba de tiempo. Ahí está el destino del “grupo (holding) X” del “empresario nacional” de Lula/Dilma, Eike Batista (ex 8º fortuna del mundo, actualmente fuera de la lista de las primeras 200), cuyas empresas perdieron 90% de su valor bursátil en los dos últimos meses. Vinicius Torres Freire, principal comentarista económico de la Folha de S. Paulo, afirmó que hay una “huelga de inversiones” del sector privado desde 2012. Las masas están votando con los pies en la calle, la burguesía con el bolsillo.

El paro tardío del 11 de julio convocado por las centrales sindicales por “mayores inversiones en sanidad y educación; aumento de salarios para los trabajadores; reducción de la jornada de trabajo; apoyo a la reforma agraria y transporte público de calidad” (reivindicaciones que Dilma Rousseff ni se tomó el trabajo de escuchar en la entrevista que mantuvo con los sindicatos) está presidida por la defensa de la reducción de las tasas de interés, una reivindicación de la burguesía endeudada. El paro aislado intenta desviar la rebelión popular y ponerse a la cabeza de las negociaciones de su agenda –como recurso último para salvar al gobierno del derrumbe capitalista. CONLUTAS, la pequeña central sindical clasista, se sumó al paro sin criticar su finalidad desmovilizadora.

Las tendencias al derrumbe financiero, que se manifiestan en la salida de capitales del más importante de todos los “mercados emergentes” (después de China), pasan ahora a ser el principal combustible de una segunda vuelta de movilizaciones populares –probablemente al margen de las organizaciones sindicales tradicionales.


Osvaldo Coggiola

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