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viernes, 5 de octubre de 2012

La amenaza de la lucha de clases - ELECCIONES NORTEAMERICANAS


La amenaza de la lucha de clases
ELECCIONES NORTEAMERICANAS

Luego de varios meses empatados, las encuestas electorales muestran una caída del candidato republicano Mitt Romney. Barak Obama tendría cada vez más asegurada una reelección, la cual se veía complicada, a raíz de la persistencia del desempleo y de la crisis.

Cómo perder una elección

Romney no para de sufrir traspiés; en especial, luego de que se filtró un video de un discurso en el que ridiculiza a los votantes de Obama y de la renuncia de uno de sus coordinadores de campaña. Recibe cada vez más críticas dentro de su propio partido. Su candidato a vicepresidente (ligado al derechista Tea Party), el congresista Paul Ryan, es el ideólogo de un plan de rebajas impositivas y de un ajuste fiscal -que mantiene los gastos de defensa- que incluye la eliminación de prestaciones sociales, la revocación de la ley de reforma sanitaria de Obama y la privatización de Medicare -el plan nacional de salud para ancianos-. Esto, acompañado de la tradicional batería conservadora: prohibición del aborto -incluso en casos de violación- y del matrimonio entre personas del mismo sexo, blindaje de la frontera con México y medidas radicales contra los inmigrantes sin papeles.

La adopción de esta agenda es suicida. “El problema republicano -dice ahora un analista- es que el partido ha sido capturado por las fuerzas que lo están empujando fuera de la corriente principal (…), está atrapado en la antigua Norteamérica, sin ver los cambios sociales, demográficos y políticos de las últimas décadas” (Político, 23/9). Otro comentarista advierte: “si por casualidad el presupuesto de Ryan fuera a aplicarse y el pueblo estadounidense repentinamente se diera cuenta de lo que significan para ellos los recortes en el gobierno, la reacción en contra de los republicanos será tan catastrófica que la derrota electoral de 1964 del Partido Republicano de Barry Goldwater va a parecer un simple contratiempo” (The New Republic, 11/8). Romney plantea un programa de choque contra las masas, que la burguesía no tiene aún la capacidad de ejecutar. El “ajuste” que viene luego de las elecciones plantea la continuidad de Obama -o sea, de los métodos sinuosos y no de los de choques. Este problema explica el lugar desacostumbrado que ocupa el tema de la “lucha de clases” en esta campaña electoral.

El Partido Demócrata también está dividido, precisamente porque todas sus fracciones prevén una política de “ajuste” para hacer frente a lo que se llama el “el pico fiscal”, en referencia a un déficit del Tesoro del 12% del PBI y de una deuda pública consolidada del 120%.

“Ajuste”

La presidencia de Obama se orientó a rescatar a los bancos de Wall Street y a las empresas de inversión, mientras millones de estadounidenses perdían sus casas. El “rescate automotriz” recortó puestos de trabajo y salarios; el déficit fiscal llevó a congelamientos salariales y a centenares de miles de despidos de trabajadores estales en todo el país. Obama ya dio su compromiso de que llegará a un acuerdo con los republicanos en el Congreso, si es reelecto (wsws.org, 27/8).

A principios de año, el economista Jeffrey Sachs comparaba el plan de presupuesto de Paul Ryan con el de Barack Obama: “ambos se comprometen a reducciones significativas en los programas de gobierno en relación con el PBI. Estos cortes serán especialmente drásticos en los programas de educación, la protección del medio ambiente, la nutrición infantil, el re-entrenamiento para el trabajo, la transición a la energía de baja emisión de carbono” (Financial Times, 12/2).

Por lo pronto, los gobiernos estaduales y municipales -republicanos o demócratas- en quiebra ya están aplicando severos recortes en los gastos y desarrollando un ataque en regla contra los derechos laborales y sindicales.

En este contexto, la huelga de los maestros de Chicago dejó abierta una perspectiva nueva, porque logró derrotar el intento de la intendencia demócrata de imponerles un “ajuste”.

Obama parece marchar a la reelección en un marco de movilizaciones antinorteamericanas en los países árabes y de una presión descarada del gobierno sionista para bombardear Irán: “Estados Unidos hará lo que tenga que hacer”, amenazó Obama en la ONU, en alusión a una guerra inminente (National Journal, 24/9; El País, 25/9).

Pablo Ramasco

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