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miércoles, 4 de abril de 2012

Energía nuclear: una hipoteca para toda la vida del planeta


Energía nuclear: una hipoteca para toda la vida del planeta


A un año del accidente de la Central Nuclear de Fushima, permanecen evacuadas más de 80000 personas que vivían a menos de 20 km de la explosión, imposibilitadas de volver a sus casas por mucho tiempo más.
La Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) ha equiparado el accidente nuclear en la central de Fukushima con el de Chernóbil (Ucrania,1986), considerado por el peor de la historia, Nivel 7. en una escala de 0 a 7.
Los suelos han quedado contaminados y lo seguirán estando durante mucho tiempo, dado que se han liberado radionucleidos de decenas de años de vida media. Según el viento se concentran en algunas zonas más que en otras. No puede consumirse ningún alimento agrícola ni ganadero ni peces producido a kilómetros de la planta generadora.
De las 54 centrales nucleares solamente quedan 2 en servicio. Han sido paradas porque no respondían a las normas de seguridad ya sea por su ubicación (emblemático el caso de Hamaoka, situada sobre la unión de tres placas tectónicas), por el tipo de tecnología, por obsolescencia. Se están aplicando rigurosas normas debido también al reclamo de la sociedad.
El día del aniversario de la catástrofe unas 30.000 personas se manifestaron en el parque Hibiya, en la Capital, luego marcharon a la sede de Tepco (Tokio Electric Power), la compañía propietaria de la central de Fukushima. En la ciudad de Koriyama, a unos 60 kilómetros de la planta, unas 16.000 personas se han manifestado para pedir el pago de los resarcimientos y el fin de la energía nuclear.
Se han definido tres rangos para el cobro de indemnización por daño. No obstante pocas personas han cobrado. Para percibir la compensación es necesario presentar un formulario de 60 páginas que desalienta a los damnificados.
La energía nuclear representaba el 30 % del parque eléctrico. Actualmente ha sido reemplazada en gran parte por combustible fósil importado. También hay una restricción al consumo (alumbrado público y otros servicios), no por una disciplina ancestral como se dice, si no por necesidad.  
Así como los tesoros de los países centrales fueron al salvataje de su banca, el gobierno japonés fue al rescate de TEPCO. La operadora internacional está tratando de controlar el desastre con cientos de miles de millones de dólares provenientes del estado. No obstante, apenas puede con la desactivación de los reactores.
La balanza de cuenta corriente japonés registró por otro lado en enero un déficit inédito de 437.300 millones de yenes (4.300 millones de euros). Un año antes, en enero de 2011, Japón había registrado un superávit de casi 550.000 millones de yenes (5.500 millones de euros) (El comercio 8-3-12)
El déficit de balanza comercial se debe a una caída de las exportaciones, en un contexto de crisis mundial, y a un aumento de las importaciones, esencialmente hidrocarburos, para compensar la suspensión de la actividad nuclear. (AFP 8-3-12)
El gobierno ha aprobado un presupuesto de emergencia, para compensaciones, ayuda a las víctimas y reconstrucción por un total de 18,24 billones de yenes (168.600 millones euros). La parte dedicada a reconstrucción asciende a 11,73 billones de yenes.
Se ha realizado durante este año un enorme trabajo de desescombro y limpieza, y han separado y organizado la mayoría de los 23 millones de toneladas de restos que provocó la el terremoto. Pero solo se han deshecho del 6%, en medio de las luchas políticas y el miedo de muchas localidades a que estén contaminados. Los trabajos de reedificación apenas han comenzado.
El Gobierno asegura que la situación de la central nuclear está estabilizada desde diciembre, pero el jefe de la central declaró recientemente que la instalación se encuentra en un estado frágil. Por delante, los técnicos tienen tareas, que incluyen confinar el combustible nuclear fundido y deshacerse de las barras de combustible usado. El desmantelamiento completo llevará entre 30 y 40 años.


Que pasa en Argentina? 
Existen dos centrales nucleares en funcionamiento (Embalse y Atucha 1) que están próximas al final de su vida útil. El reactor Atucha 2, en construcción, no tiene aún licencia de funcionamiento, aparentemente debido a que carece de un mecanismo de seguridad.
Durante el gobierno de Menen la actividad nuclear se separó en tres entidades: la CNEA (investigación y desarrollo), la Autoridad Regulatoria Nuclear y la NASA (Nucleoeléctrica Argentina S.A.). Esta sociedad se crea con el objeto de privatizar la generación de energía pero no fue posible. Ninguna empresa quiso hacerse cargo de la actividad dado que en el pliego se incluía la clausura al término de su vida útil de las centrales y el manejo de los residuos (barras de combustible gastado).  Es decir, la rentabilidad de la energía nuclear es un mito, dado que no tiene en cuenta la etapa de cierre y mucho menos la posibilidad de un accidente.  Tampoco se incluye a la hora de calcular el costo del kilowat la remediación de las minas de uranio, actualmente abandonadas en Córdoba y Mendoza.
Queda entonces desarrollar las energías alternativas: eólica, solar, geotérmica, mareomotriz; a los efectos de ir reemplazando el uso de combustibles fósiles responsables en parte del efecto invernadero.  Para imponer otras formas de energía y usar menores cantidades, la sociedad debe organizarse sobre nuevas bases.


Alicia Rodriguez

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