Opción Obrera es la sección venezolana de la CRCI (Coordinadora por la Refundación de la IV Internacional)

Propulsamos el desarrollo de una política proletaria al seno de los trabajadores tras su independencia de clase y una organización de lucha para su liberación de la explotación e instaurar El Gobierno de los Trabajadores, primer paso hacia el socialismo.

Ante la bancarrota capitalista mundial nuestra propuesta es que:


¡¡LOS CAPITALISTAS DEBEN PAGAR LA CRISIS!
¡LOS TRABAJADORES DEBEN TOMAR EL PODER!



Comunícate con nosotros por los siguientes buzones de correo:

info@opcionobrera.org
opcionobrera@yahoo.com
opcionobrera@hotmail.com





sábado, 15 de febrero de 2025

Plan de perspectivas internacionales para la XIX Conferencia de EEK

 Plan de perspectivas internacionales para la XIX Conferencia del EEK

Ergatiko Epanastatiko Komma EEK 

Partido Revolucionario de los Trabajadores - Grecia

[este articulo está publicado en la página web del periodico Nueva Perspectiva de  los camaradas griegos,  lo publicamos en español para difundirlo, vista su calidad e importancia respecto a la crítica situación mundial, para comprenderla y responder revolucionariamente]




1 . El regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos no es una repetición de su primer mandato en la Casa Blanca. Marca un salto cualitativo en los trastornos políticos, geopolíticos, económicos y sociales globales de nuestro tiempo, la crisis global no resuelta del capitalismo desde el colapso de 2008 y su avanzada decadencia imperialista.

Desde el primer momento de la entronización de Trump en la cima del poder, con una tormenta de decretos y medidas presidenciales de emergencia, declaró la guerra a todo, tanto a los hasta ahora "aliados" de Estados Unidos como a sus viejos y nuevos enemigos, en todos los continentes y dentro del país, como única forma de superar el declive de la hegemonía global estadounidense e imponer una nueva Pax Americana a través del fuego, el hierro y el chantaje gángster a los vasallos y esclavos coloniales.

Esta nueva Pax Americana en el mundo, y no la limitación y el encierro en un estrecho aislacionismo nacional, se sirve de la retirada de acuerdos internacionales, como los del clima, y ​​de organizaciones, como la Organización Mundial de la Salud, el boicot a la ONU, las sanciones de la Corte Penal Internacional por la decisión que tomó contra Netanyahu y contra el genocidio en Gaza, las amenazas y el acoso contra todos como si el resto del mundo fuera un lejano Oeste. Como dijo uno de los colaboradores más cercanos de Trump: "Dispara primero, pregunta después".

Mientras continúa la caída hacia un Armagedón de tercera guerra mundial, ha comenzado una guerra global de aranceles destructivos, primero contra Canadá, México y China, a la que seguirá inmediatamente la Unión Europea, el principal socio económico y comercial de Estados Unidos y aliado de la OTAN. Los países de América Latina y los BRICS también están en la mira, siempre y cuando no se sometan a las necesidades y exigencias de la política “América Primero”. La guerra económica va acompañada de la amenaza abierta de una guerra “caliente”, de una intervención militar, junto a monstruosas reivindicaciones de anexión territorial en todas partes del planeta: desde la Groenlandia Ártica y Canadá, que será absorbido como el “51º Estado americano”, hasta el Canal de Panamá.

La arrogancia llegó a los extremos de la monstruosidad, la estupidez y la vulgaridad cuando el presidente americano de los multimillonarios exigió que la martirizada y heroica Gaza, lugar del genocidio del pueblo palestino arrasado por los sionistas, después de una limpieza étnica y con los palestinos desarraigados de su tierra, fuera entregada como propiedad inmobiliaria a la “propiedad americana a largo plazo”, para convertirse en… ¡“La Riviera del Mediterráneo”!

El "pacificador" que se jactó durante la campaña electoral de que pondría fin a las "guerras interminables" del imperialismo estadounidense con sus representantes locales en Medio Oriente y Ucrania, ahora está sembrando estragos en todas partes para cosechar guerras, levantamientos y revoluciones.

2 . La distópica "política de Trump 2.0" -con un "copresidente" no electo en Elon Musk, el capitalista más rico del planeta, y el apoyo de toda la oligarquía de los gigantes tecnológicos de Silicon Valley- no se limita a sembrar el caos en un mundo ya en llamas. Siembra el caos dentro de la propia América capitalista en decadencia, que está profundamente dividida social, económica y políticamente.

Aunque Trump y el Partido Republicano, ahora agrupados en torno a él, controlan las instituciones centrales del poder ejecutivo, legislativo y judicial –el gobierno, el Congreso y la Corte Suprema–, están pisoteando brutalmente todo el orden liberal constitucional y legal existente en un violento cambio de régimen, en un peculiar “cesarismo”, como lo llaman descaradamente, con características abiertamente fascistas.

La turba de golpistas fascistas instigada por Trump que ocupó el Capitolio el 6 de enero de 2021 está siendo liberada de prisión y compensada, mientras que sus perseguidores, agentes federales, policías y jueces, están siendo procesados.

El artículo 14 de la Constitución estadounidense, que otorga ciudadanía a cualquier niño nacido en Estados Unidos, está siendo violado al ser eliminado, por orden presidencial de emergencia, como parte de la violenta operación para expulsar del país a 11 millones de inmigrantes-refugiados que están siendo deportados encadenados como "ilegales", como "criminales" y "terroristas", enviados a prisiones, incluidas las del voluntario presidente fascista de El Salvador, o a un campo de concentración en el famoso infierno de Guantánamo.

El racismo se intensifica al abolir los derechos basados ​​en el género, la raza y la orientación sexual.

Los pretorianos del presidente y los secuaces de Musk designados como DOGE (Departamento de Eficiencia Gubernamental) intentaron invadir todas las cuentas federales, promoviendo despidos masivos de disidentes y billones de dólares en recortes, aun cuando el gasto fue finalmente aprobado por el Congreso de acuerdo con la Constitución, provocando una crisis constitucional. Afirmaban que todas las decisiones del poder legislativo debían subordinarse a las “prioridades presidenciales” (!), una versión estadounidense del Führerprinzip nazi. No es casualidad, además, que Musk haya saludado a los presentes en la toma de posesión del presidente con el saludo nazi, intervenga en las elecciones alemanas apoyando fanáticamente al partido nazi AfD y llame a la formación de una "Internacional" negra de fascistas ultranacionalistas en Europa y otros continentes. No fue sólo simbólico que entre los invitados oficiales a la entronización se encontraran estrellas del fascismo internacional como Meloni, Zemmour o Milei. Tampoco fue casualidad que los dirigentes europeos del fascismo se entusiasmaran posteriormente con la concentración en Madrid convocada por el partido abiertamente fascista español VOX, donde pidieron a la UE que implementara la política contrarrevolucionaria de Trump en todos los campos. Incluso dentro de Rusia, el patriarca del fascismo más negro, Alexander Dugin, saludó la victoria y cantó el himno de su homólogo estadounidense en la Casa Blanca.

La negación voluntaria de la catástrofe climática que se acelera y la abolición de las medidas (mínimas) para abordarla, el nombramiento del antivacunas, el "desinfectado" Kennedy como Secretario de Salud y la insistencia en la política antivacunas que se cobró más de 3 millones de vidas estadounidenses en la pandemia de Covid durante la primera presidencia de Trump, la campaña general contra la llamada "cultura woke", tienen como objetivo cultivar los prejuicios más oscurantistas, la desorientación irracional y la movilización contrarrevolucionaria en una guerra de los pobres contra los más pobres en beneficio de la moderna oligarquía capitalista tecnofinanciera.

La mezcla heterogénea y contradictoria de los magnates de la tecnología avanzada y los partidarios plebeyos más atrasados ​​del trumpismo, las víctimas de la crisis del capitalismo que ven en MAGA su única salvación, remite a fenómenos similares del fascismo del siglo XX. Para salvar el sistema envejecido, en sus convulsiones, mezcla lo moderno con lo premoderno y lo antimoderno, movilizando lo más reaccionario y bárbaro. Todas las “reservas de oscuridad, de ignorancia y de salvajismo”, señalaba Trotsky en 1933, todo el excremento que no fue expulsado del organismo social en la larga duración de la sociedad de clases, la sociedad capitalista, en tiempos de crisis y en la época de su decadencia: “vomita toda la barbarie no digerida”. Ésta es la fisiología del nacionalsocialismo ”.

Hoy, la turba movilizada por Trump combina toda la “oscuridad, ignorancia y salvajismo” acumulados del pasado, la fantasía de regresar a una grandeza pasada e inexistente, junto con el fetichismo tecnológico y un ataque abierto a la civilización.

Los pseudoteóricos del trumpismo hablan de un “movimiento neorreaccionario – NRx” o incluso de una “Ilustración Oscura” con la distopía de pesadilla de una sociedad iliberal que se habrá convertido en una Gran Empresa, una Gran Corporación con un Monarca CEO, Director General – ¡Dictador! (Véase Rana Foroohar, La extraña filosofía política que impulsa a Musk, Financial Times 2/10/2025)

A pesar de los rasgos comunes, analogías y diferencias obvias con el fascismo europeo del siglo pasado, el desastre trumpiano estadounidense tiene que lidiar no sólo con una falta de coherencia interna, sino también con una realidad completamente cambiada en el mundo y en los propios Estados Unidos a finales del primer cuarto del siglo XXI. La realidad de un capitalismo global en su avanzado crepúsculo que choca con la fantasía distópica de MAGA y la hace inalcanzable.

Trump no es más que el producto, la representación, el precursor y el acelerador del colapso del orden capitalista internacional, tal como existió en las décadas de hegemonía global imperialista estadounidense, después del fin de la Segunda Guerra Mundial y el fin de la Guerra Fría.

3 . Trotsky, analizando en profundidad y de manera oportuna el ascenso del capitalismo norteamericano a la hegemonía mundial en la era imperialista, tomando la posición de Gran Bretaña, mostró que Norteamérica, por su propia formación histórica, está obligada a basar su equilibrio interno en un equilibrio internacional. Todo derrocamiento del segundo derroca al primero. Con la actual crisis institucional que se desarrolla en Estados Unidos, el curso parece revertirse: la política MAGA, en lugar de hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande, como promete a algunos y amenaza a otros, está destruyendo todo equilibrio a nivel internacional y simultáneamente dentro del país, con una frenética huida hacia adelante –y hacia el caos.

Desde el principio, a pesar de su ventaja histórica y liderazgo económico sobre la envejecida y dividida Europa capitalista en Estados-nación, siempre estuvo permeada por contradicciones históricas: mientras Gran Bretaña adquirió la hegemonía global durante la era del ascenso del capitalismo, Estados Unidos la conquistó en la era imperialista de la declinación capitalista . Por ello fue y sigue siendo el punto más alto de desarrollo alcanzado por el modo de producción capitalista y al mismo tiempo, cada vez que se trastorna el equilibrio internacional del sistema, el centro de su crisis global.

Hay dos estrategias político-económicas que se presentaron en la época de la decadencia capitalista para prevenir tormentas como las del período de entreguerras: el keynesianismo y el neoliberalismo, en todas sus variantes. La hegemonía estadounidense se basó en ambos. Después del fin de la Segunda Guerra Mundial, la reconstrucción y expansión del capitalismo y la Guerra Fría se basaron en el edificio keynesiano de los Acuerdos de Bretton Woods, que se derrumbaron en 1971 y fueron acompañados por la "década roja" de luchas revolucionarias internacionales. Contra ellos y para la estabilización del sistema sacudido, al keynesianismo en bancarrota sucedió, desde 1980 y durante décadas, el contraataque del neoliberalismo y la globalización del capital financiero.

El punto culminante del contraataque fue el colapso de la Unión Soviética, fuente de desorientación generalizada. Dio origen al fantasma efímero del “fin de la Historia”, de la “victoria final del capitalismo liberal” y del “momento monopolista” de los EEUU, del monopolio americano sobre el planeta.

A la Hubris (arrogancia) le siguió la Ati (destrucción) de las guerras del imperialismo estadounidense y sus "aliados voluntarios" en Yugoslavia, Afganistán e Irak, hasta que llegó la Némesis sistémica: el Crash global de 2008 y la crisis global que, con todos los zigzags y choques sucesivos, continúa hasta el día de hoy sin resolverse y agravándose. Después del keynesianismo, el neoliberalismo también naufragó ante las contradicciones y el declive del sistema capitalista.

El vacío estratégico se llenó con tácticas de corto plazo con medidas de política fiscal y monetaria “heterogéneas” (“flexibilización cuantitativa”, paquetes de liquidez, etc.) que pronto resultaron contraproducentes, como ocurrió con el regreso de la inflación y la recesión después de la pandemia.

De este impasse estratégico surgió Trump, su precursor, seguidor y representante en Argentina, Milei con la motosierra, junto con la descuidada "estrategia" etiquetada como "liberticismo" o "anarcocapitalismo". No es más que el seudónimo del mismo neoliberalismo en quiebra que corre por ahí como un gallo loco y decapitado. El vacío estratégico sigue siendo aún más peligroso, como un “agujero negro” que se lo traga todo, incluido el propio Estados Unidos de Trump y Musk. Incluso los partidarios más poderosos del trumpismo en la oligarquía financiera estadounidense ya están preocupados por esta amenaza. Su portavoz, el Wall Street Journal, calificó la guerra arancelaria económica y comercial global declarada por Trump como la “ guerra comercial más estúpida de la historia ”. Sin abordar las causas estructurales del gigantesco déficit comercial estadounidense, reforzará las tendencias inflacionarias y, más precisamente, el aumento del coste de vida de la clase trabajadora que dio a Trump la mayoría electoral en noviembre de 2024.

La brecha de la desigualdad social ya se está volviendo abismal y con ella la fragmentación de la sociedad, a medida que se intensifican las tendencias desintegradoras centrífugas y la polarización, se intensifica la deslegitimación del sistema político y se agrava la crisis de gobernabilidad. Si en su primer mandato y pese a las condiciones de la pandemia, Trump se enfrentó al masivo y apasionado movimiento multirracial Black Lives Matter, ahora chocará inevitablemente con un gigantesco mundo del trabajo y de los nuevos pobres, incluidos aquellos que votaron por él y a quienes no tiene el alcance para ofrecer, ni siquiera temporalmente, la relativa estabilización económica de los primeros años después de 1933 que proporcionaron Hitler y el nazismo alemán.

La riqueza de los multimillonarios creció tres veces más rápido en 2024 que en 2023, en 2 billones de dólares, mientras que los salarios de los trabajadores han permanecido estancados durante años, en niveles anteriores a la crisis, con el salario mínimo por hora hoy en 7,25 dólares y los productos básicos extremadamente caros. La concentración excesiva de la riqueza se transmite fundamentalmente a través de la herencia y no a través del llamado “espíritu empresarial” en la mítica tierra del “sueño americano de oportunidades ilimitadas”. Desde esta posición privilegiada, gana poder en su enredo con el Estado y los monopolios de la economía. Es evidente el parasitismo de la parte más fuerte de la burguesía más poderosa del mundo y, en consecuencia, la decadencia misma de su sistema en América y en el mundo.

Las nuevas exenciones fiscales prometidas y preparadas por la actual administración Trump aumentarán el déficit presupuestario y, sobre todo, la gigantesca deuda federal estadounidense, que ha alcanzado los 36 billones de dólares y amenaza con un nuevo y aún peor colapso global.

En esencia, el capitalismo estadounidense es parasitario y absorbe la economía global, principalmente gracias al privilegio histórico de su moneda nacional, el dólar, como moneda de reserva global y dominando las transacciones globales, mientras que los bonos del gobierno estadounidense siguen siendo el último refugio en una crisis.

La obsesión de Trump con las criptomonedas e incluso la creación de una gran reserva con esta "moneda" ficticia, como lo han demostrado las caídas anteriores del bitcoin, no es más que una receta para el desastre. Además, a principios de año, el apresurado y masivo traslado de lingotes de oro por valor de 82.000 millones de dólares desde Londres a Nueva York muestra la brecha que separa el valor real encarnado en el oro con sus símbolos como moneda o burbujas digitales como las “criptomonedas”.

Los anuncios amenazantes de la administración Trump de que chantajeará para lograr un nuevo Acuerdo del Plaza, como el de 1985, obligando a otras economías capitalistas desarrolladas a revaluar sus monedas, como hizo Japón con el yen, y devaluando así el dólar en beneficio de las exportaciones estadounidenses, también contradicen la realidad cambiada, al igual que las otras fanfarronadas de la política de Trump 2.0. No sólo ningún país del Norte global quiere caer en el atolladero y la deflación en que se hundió Japón durante décadas, no sólo los Estados Unidos de hoy tienen a China como su primer competidor económico, no a Japón o Europa, sino que la globalización capitalista ya no está en 1985, en los primeros años de su impetuoso asalto a Reagan con el llamado "shock Volcker" provocado por el entonces presidente del Banco Central estadounidense. Estamos en la crisis más aguda de la globalización capitalista después del crack de 2008 y la “Tercera” o “Larga” Gran Depresión y las barreras a la reproducción ampliada del capital.

Las prácticas capitalistas, los conceptos ideológicos y los triunfalismos sobre la globalización de la década de 1990 han sufrido golpes catastróficos después de 2008. Esto no significa que la interconexión internacional de la economía mundial y el carácter global de la división del trabajo, que alcanzaron extremos en los últimos 40 años, hayan desaparecido. La globalización financiera choca con los límites del capital como relación social y lo hunde en la crisis.

El gangsterismo internacional de Trump, que chantajea y amenaza al mundo entero, que disuelve las relaciones con los socios de EEUU en América del Norte y hace estallar el hasta ahora "colectivo" Occidente, el nacionalismo económico extremo, pero también los intentos anteriores de desvincular o repatriar el capital (home-shoring), no pueden abolir el carácter global de la vida económica social de las fuerzas productivas, de la división del trabajo. Además del presidente-agente inmobiliario, el "copresidente de la oligarquía tecnológica", Musk nunca querría cerrar su fábrica en las afueras de Shanghai...

4 . La relativa recuperación y ventaja de la economía estadounidense sobre la Unión Europea, tras el shock de la pandemia, no se debe al llamado “excepcionalismo estadounidense”, sino a la situación mucho peor y debilidad de la Europa capitalista. La brecha con Estados Unidos se ha ido ampliando desde principios del siglo XXI y especialmente después del colapso global de 2008. Se agravó con el shock de la pandemia y especialmente el golpe energético al corazón industrial de la UE, Alemania, después de la guerra de la OTAN en Ucrania, el sabotaje al Nord Stream y la ruptura con Rusia. Los golpes llegan a un territorio europeo ya de por sí vulnerable económicamente, pues el capitalismo es incapaz de superar las barreras de los Estados nacionales e incluso de proceder a la unificación del mercado de capitales.

Las causas estructurales de la brecha con América en el período 2009-2019 son destacadas por Mario Draghi en su informe de septiembre de 2024 sobre “El futuro de la competitividad europea”. Lo reiteró en su discurso del 15 de diciembre de 2024: “La productividad, los ingresos, el consumo y la inversión han sido estructuralmente débiles en Europa desde el cambio de milenio y se han alejado significativamente de los de Estados Unidos” […]. Y si miramos los déficits primarios en términos absolutos, medidos en euros de 2023, el gobierno estadounidense invirtió en la economía cantidades 14 veces mayores, 7,8 billones en Estados Unidos, en comparación con los 560.000 millones invertidos en la eurozona”. A pesar de lo inadecuado de los aumentos salariales en Estados Unidos en relación con las necesidades, no se pueden comparar con los de la UE. Las medidas de austeridad salvajes, los memorandos y la compresión salarial como medio para aumentar la competitividad europea “hicieron que el crecimiento real del salario medio en Estados Unidos fuera 14 veces mayor que en la eurozona”. Y el futuro inmediato de la UE se vuelve aún más siniestro ahora que se considera una carga para los Estados Unidos y la balanza comercial entre UE-EE.UU. una "atrocidad", un “atrocity” según Trump, que también exige un aumento del gasto militar de los estados miembros de la OTAN al 5% del PIB...

La Europa capitalista, con una guerra en su corazón y a sus puertas en Oriente Medio, apretujada en el complejo Estados Unidos-China, sigue siendo el megaeslabón más débil de la cadena de metrópolis del Norte global imperialista: con el eje franco-alemán de unificación europea ahora roto, con los partidos de "poder" del sistema político burgués desacreditados y el fascismo en ascenso, con el descontento social estallando y los enfrentamientos críticos de clases políticas por delante, no por detrás.

Lo demuestran las grandes movilizaciones obreras y populares en los países del antiguo eje franco-alemán de la UE: en Francia, contra la política antipopular del bonapartista Macron, que ahora sólo es apoyado abiertamente por los fascistas de Le Pen y la sombra de la socialdemocracia; en Alemania, ante las elecciones del 23 de febrero, el amenazante ascenso de la AfD nazi y la inminente convergencia con la derecha demócrata cristiana que desencadena la manifestación de más de 300 mil antifascistas en la propia Múnich, capital de la conservadora Baviera.

5 . La decadencia histórica no se limita al viejo continente o a América. Se trata del capitalismo global en su conjunto, del imperialismo no simplemente como una serie de características de uno u otro Estado-nación y su competencia, sino como una era. No es sólo la hegemonía global estadounidense la que ha declinado y la mafia de Trump se ha encargado de restaurarla por la fuerza y ​​hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande. La hegemonía global del capital como relación social dominante está en declive.

Esto se manifiesta en la crisis económica mundial no resuelta después de 2007-08 y el vacío estratégico para abordarla dentro del sistema por parte de las clases dominantes.

La amenaza del desastre climático lo demuestra. La “epidemia de epidemias” después de 1980 y las décadas de desenfrenada globalización capitalista, la continua destrucción de los ecosistemas y la biodiversidad, la propia pandemia de Covid 19, el derretimiento de los hielos en el Ártico y la Antártida, los incendios desde California hasta el Amazonas, pulmones del planeta, la desolación del África subsahariana, el mayor aumento anual de la temperatura global de la historia en 2024. Trump y todos los oscurantistas podrán negarlo y burlarse de ello, los capitalistas podrán sabotear todas las medidas para evitarlo, pero la catástrofe climática se acerca y amenaza todas las vidas. Se manifiesta de la manera más dramática el agotamiento de la forma capitalista de metabolismo social del hombre y de la Naturaleza, la necesidad de superarla y transitar hacia el socialismo global, hacia la “naturalización del hombre y humanización de la Naturaleza” comunista que propugnaba Karl Marx.

La característica más obvia del declive sistémico del capitalismo es el parasitismo de la oligarquía financiera dominante en la era imperialista de decadencia, como enfatizó Lenin. En 2023-24, el 1% de los magnates del capital del Norte imperialista, a través del sistema financiero, succionará aproximadamente 1 billón de dólares estadounidenses del Sur Global, donde vive 3/4 de la humanidad, ¡a un ritmo de 30 millones de dólares por hora! (Oxfam, Takers no Makers, enero de 2025). Al mismo tiempo, la deuda internacional de los países pobres del Sur Global se ha vuelto abrumadora y completamente impagable, amenazando con arrastrar a los usureros internacionales de las naciones a la decadencia.

Y en este punto se confirma el análisis de Lenin sobre el imperialismo moderno: su característica indeleble es la división infranqueable entre naciones opresoras y oprimidas. Ninguna fuerza revolucionaria puede mantener distancias iguales. Esta brecha cada vez más amplia la convierte en la base necesaria para la lucha antiimperialista y la táctica flexible contra el enemigo común, con el objetivo de formar un Frente Antiimperialista Unido, en la línea trazada por el IV Congreso de la Internacional Comunista: con independencia política y lucha por conquistar la hegemonía de la clase obrera y su vanguardia marxista revolucionaria internacionalista, guiados por la teoría, perspectiva, estrategia y organización de la Revolución Permanente mundial.

6 . ¿Podrá el capitalismo superar su actual estancamiento con las posibilidades que muestra el rápido progreso de la Inteligencia Artificial de alta tecnología?

Una respuesta práctica y un poderoso puñetazo en la cara a la arrogancia de los Siete Magníficos –los “7 Magníficos” gigantes de la oligarquía tecnoeconómica estadounidense– fue dada por el rival estratégico número uno de Estados Unidos, China. Unos días después de la insípida ceremonia de toma de posesión de Trump ante los magnates de Silicon Valley, China, al presentar el modelo de inteligencia artificial avanzada y ultrabarato R1 de la novedosa pequeña empresa DeepSeek, provocó el desplome de sus acciones en Wall Street, haciéndoles perder más de un billón de dólares en un día por primera vez en la historia.

Si bien no había pasado una semana desde que la Casa Blanca anunció a bombo y platillo el proyecto Stargate, una inversión de medio billón de dólares de OpenAI, Oracle y Softbank que llevaría a Estados Unidos a la hegemonía global de la tecnología de Inteligencia Artificial en pocos años, y mientras en 2022 OpenAI había presentado el carísimo modelo ChatGTP, en 2025 la china DeepSeek presentó el correspondiente pero mejor modelo de inteligencia artificial LLM (Large Language Model) que costó solo 5.6 millones de dólares y era de libre acceso público (código abierto)...

Incluso Mark Andreesen, un magnate de la tecnooligarquía, autor del “Manifiesto del optimismo tecnológico” en 2023 y partidario-financiero de Trump en su segundo mandato, sorprendió y calificó con preocupación el evento como un nuevo “momento Sputnik” para Estados Unidos, similar al de 1957, cuando la Unión Soviética tomó la delantera en la carrera espacial al enviar el primer satélite artificial, el Sputnik.

El coste de las inversiones energéticamente intensivas en inteligencia artificial de alta tecnología en Estados Unidos es enorme, incomparable al que es extremadamente inferior en China, pero también desproporcionadamente gigantesco en comparación con la tasa de beneficio esperada.

Según el último informe de la Agencia Internacional de la Energía, el consumo de electricidad para el desarrollo de la inteligencia artificial, principalmente para los centros de datos, debería aumentar de 160 teravatios hora en 2022 a 560 en 2026 [un teravatio hora equivale a mil millones de kilovatios hora]. En Estados Unidos, debería duplicarse en los próximos cinco años. Los montos a invertir en el sector ya superan a los del gas y el petróleo. Para 2025, se necesitarán 300 mil millones de dólares solo para el consumo de electricidad en los centros de datos. (Mediapart 9-2-2025)

Por su parte, el profesor estadounidense del MIT y premio Nobel de Economía 2024 Daron Acemoglu (Daron Acemoglu, The Real Threat to American Prosperity , Financial Times 8-9/2/2025) predice, entre otras cosas ominosas para la economía estadounidense tras la reelección de Trump, que " la burbuja de la industria de alta tecnología ", con el peso abrumador del coste, en relación con el retorno esperado de la inversión, y con la colosal burbuja especulativa que necesariamente la acompaña en la esfera financiera, conducirá al mayor y más destructivo crash de la historia.

La llamada "revolución digital" de Internet dio, en la década de 1990, un impulso relativo a la productividad en ciertos sectores de la economía. Luego, sin embargo, la productividad laboral se estancó y las muchas ilusiones y "burbujas" especulativas que se crearon no evitaron el colapso de la “economía punto. com” en 2001, un presagio de la crisis financiera mundial que se avecinaba en 2008.

Y el salto actual en la tecnología de inteligencia artificial no puede escapar a la "Némesis" del capital, como Marx llama a la ley de la tasa decreciente de ganancia. Esta tendencia se manifiesta en la creciente brecha entre las enormes inversiones en capital fijo de los gigantes de la industria tecnológica estadounidense y las ganancias esperadas, lo que hace imposible una salida “tecnológica” al declive y la crisis del capitalismo estadounidense y global.

Se confirma la predicción de Marx, en el famoso capítulo de los Grundrisse sobre el General Intellect, de que la tendencia a integrar directamente el conocimiento científico en las fuerzas productivas sociales conlleva el agotamiento histórico de la ley del valor-trabajo como principio regulador de los intercambios en el capitalismo. Este agotamiento histórico se manifiesta en la era imperialista de decadencia capitalista.

El fetichismo tecnológico separa el progreso científico-tecnológico del conjunto de las relaciones sociales y sobre todo de las relaciones sociales de producción, su fundamento material en la Historia. El dominio de China y el "momento Sputnik" demuestran el predominio de diferentes relaciones sociales y métodos de desarrollo tecnológico en las dos economías más grandes del mundo. En el caso de China, especialmente con la presión que recibió por la crisis de 2008 y la Gran Recesión, pero también por los aranceles y las prohibiciones a las exportaciones de alta tecnología controladas por Estados Unidos, hubo una fuerte intervención planificada por el Estado central con foco en la innovación industrial, la educación y la movilización de un ejército del potencial científico de los jóvenes y la fuerza gigantesca de la clase trabajadora calificada.

No olvidemos, sobre todo, la historia: la formación social híbrida de transición de China, con todas sus distorsiones burocráticas, las aventuras históricas y las convulsiones por las que ha pasado, a pesar de las aperturas restauradoras al mercado capitalista mundial, nunca habría podido llegar al punto en que ha llegado, produciendo el 30% del PIB mundial, mientras que Estados Unidos sólo el 15%. No habría alcanzado tales tasas de rápido desarrollo tecnológico sí no se hubiera sacudido antes el yugo semicolonial de los imperialistas, la fragmentación de este vasto país rural y el dominio burgués del Kuomintang.

Y esto se debe a la victoria de la Revolución China en 1949, el segundo gran y victorioso momento de la revolución socialista mundial, después de su inicio con la victoria de los Soviets en la Revolución de Octubre en Rusia en 1917.

7 . El capitalismo imperialista y, bajo su yugo, toda la humanidad oprimida, se encuentran en un punto de inflexión, en un impasse histórico. El propio impasse, la agravación extrema de todas las contradicciones, se convierte en una fuerza motriz. Por un lado, empuja al capitalismo a romper el impasse manu militari, en una marcha febril y furiosa hacia el borde del abismo de una guerra mundial. Por otra parte, el impasse histórico empuja a la humanidad oprimida, a los proletarios y a los pueblos, a través de choques sucesivos en sus vidas y conciencias, a la confrontación con la amenaza de la destrucción. Están entrando en un proceso histórico global desigual pero combinado: la arena de la revolución socialista mundial, donde todo será juzgado. Aniquilación o emancipación humana universal: comunismo panhumano. No hay una tercera vía.

El camino revolucionario puede estar todavía oscurecido en la conciencia de los oprimidos por la niebla de las negaciones sucesivas, el peso de las derrotas, sobre todo por la confusión generalizada que aún prevalece tras el colapso de la Unión Soviética en 1991. Pero los gritos de triunfo de los supuestos “ganadores de la Guerra Fría” se han apagado hace tiempo, después de la “tormenta perfecta” de la crisis capitalista global y el final violento del “momento unipolar” de la hegemonía global estadounidense, un hecho que incluso el ultraderechista y fanático anticomunista Secretario de Estado de la nueva administración Trump, Marco Rubio, ahora admite públicamente en su declaración. Además, ¿qué otra cosa es el lema central trumpiano de MAGA (Make America Great Again) sino una admisión de que Estados Unidos ha dejado de ser “grande” y debe volver a serlo?

Sin duda, el punto de inflexión más dramático de los tiempos, el famoso Zeitenwende, como lo llamó entonces el canciller alemán Olaf Scholz, fue en 2022, el conflicto militar abierto en el corazón de Europa, en Ucrania , con la guerra de poder de Estados Unidos y la OTAN con la Rusia postsoviética.

Incluso antes, cuando se acercaba el fin del "momento unipolar" hegemónico estadounidense, las relaciones con Rusia se agudizaban, la OTAN avanzaba hacia sus fronteras y China emergía como potencia global en el Este, la gran y angustiosa pregunta de los imperialistas era, como ellos mismos afirmaban públicamente: ¿Por qué los vencedores de la Guerra Fría perdieron la paz?

A pesar de las ilusiones sembradas por los imperialistas a finales del siglo XX y principios del XXI, durante la frenética globalización capitalista, a pesar de las ilusiones que ellos mismos albergaban sobre la integración ahora dada y sin obstáculos de Rusia y China en el capitalismo global, el camino de la restauración capitalista se topó con los límites, las enfermedades y las contradicciones explosivas del propio sistema capitalista, ahora envejecido.

Rusia y, sobre todo, China han emergido como los principales rivales estratégicos de Estados Unidos. Los estamentos del imperialismo estadounidense reconocen ahora que la disolución de la URSS en 1991 no fue un hecho consumado, un momento final único, sino el comienzo de un proceso complejo y explosivo, según la formulación de Serhiy Prokhy, el historiador ucraniano antisoviético y rusófobo que se estableció como profesor en la Universidad de Harvard. La doctrina geopolítica de Brzezinski sobre la necesidad de fragmentar la Rusia postsoviética en muchos estados débiles subordinados a Estados Unidos y Occidente, formulada y hecha pública en 1997 en su libro El gran tablero de ajedrez, entró en funcionamiento tempranamente, con las contrarrevoluciones "de color" en el antiguo espacio soviético, el avance de la OTAN hasta las fronteras rusas y el culmen del conflicto en Ucrania.

El EEK ha enfatizado repetidamente, más recientemente en el 3er Evento Internacional León Trotsky BBAA en Buenos Aires en octubre de 2024 :

“En 1929, Trotsky hizo una advertencia más oportuna que nunca: el proceso de restauración capitalista en la ex Unión Soviética no puede ser un retorno a las condiciones del capitalismo ruso anterior a 1917, con o sin zar. Terminaría con su fragmentación, la colonización por el imperialismo occidental y la dominación de un régimen títere semifascista . Una advertencia que se aplica no sólo a la Ucrania de Zelenski , que glorifica al colaborador nazi Stepan Bandera, y no sólo a todo el antiguo espacio soviético, sino también a la propia China .

El dilema histórico central que plantea la guerra por delegación de la OTAN en Ucrania es: o se completa la catástrofe de 1991 o se produce su derrocamiento revolucionario y el renacimiento de un auténtico poder soviético. Este último es visto como la principal amenaza común tanto para el imperialismo como para el régimen bonapartista ruso de restauración capitalista oligárquica."

Sobre esta base, el EEK trazó su línea, luchó y lucha por la derrota de la OTAN en la guerra de Ucrania y por la reversión revolucionaria del desastre de 1991. Por el renacimiento revolucionario de un auténtico poder soviético en el país del Octubre Rojo y en todo el continente europeo, desde Lisboa hasta Vladivostok, sin oligarcas, capitalistas y burócratas.

Esta es nuestra línea roja de separación con la mayoría de la izquierda internacional (y local) que o bien se sitúa abiertamente del lado del imperialismo contra Rusia, en nombre de la “independencia nacional” de Ucrania (que se ha convertido en una colonia en ruinas y base de guerra del imperialismo estadounidense y de la OTAN) o bien mantiene “distancias iguales” inexistentes.

Al mismo tiempo, mantenemos nuestra independencia política de cualquier política de caucus en el Kremlin que siempre busca un compromiso beneficioso con el imperialismo en un “Acuerdo de Minsk 3”. También nos oponemos irreconciliablemente a los chovinistas y fascistas gran rusos como Alexander Dugin y sus afines en Europa y a nivel internacional. Ninguna concesión ni aproximación a las hipócritas coronas "antibélicas" y "amantes de la paz" como las de la AfD nazi, ni a los lobistas de cada Orban ni a la demagogia de Trump.

La reelección de Trump ha provocado muchas ilusiones desorientadoras y una peligrosa credulidad en las promesas de campaña del extravagante presidente de los multimillonarios estadounidenses de que "pondrá fin a la guerra en Ucrania en un día ".

La realidad es que la campaña de Estados Unidos y la OTAN en Ucrania, especialmente después de la derrota de la infame "contraofensiva ucraniana" de 2023, ha vivido su propio Waterloo. Rusia ha prevalecido en los campos de batalla en el Donbass y, a pesar de las sanciones, la economía rusa ha resistido, especialmente con el apoyo de China y las relaciones económicas con los países BRICS. La guerra de tres años ha desembocado en un inmenso pantano de sangre en una Ucrania de ruinas, con millones de desplazados y migrantes y con reservas agotadas. La UE, y especialmente Alemania, han pagado un alto precio al asestarnos duros golpes a nuestra economía en crisis. En los propios Estados Unidos, el descontento y el cansancio por Ucrania y las “guerras interminables” se están extendiendo. Trump no oculta que quiere quitarle peso de encima a los “aliados” europeos de la OTAN. Una tregua temporal y el inicio de las negociaciones de un alto el fuego, con concesiones territoriales a Rusia, ahora aceptadas públicamente incluso por el títere Zelensky, están en la agenda. Cualquier maniobra, sin embargo, será temporal.

Una “paz” al estilo de Trump no será más que la continuación de la guerra por otros medios. Esto va en contra de las necesidades estratégicas del imperialismo estadounidense de revertir el declive de su hegemonía desatando la violencia en todas direcciones y, sobre todo, como nos recordó Rubio, derrotando y subyugando a los dos principales competidores estratégicos de Estados Unidos, Rusia y China.

8 . Trump será un "pacificador" en el conflicto en Europa y en los preparativos de guerra en el Indo-Pacífico y el Mar de China Meridional, así como en el Ártico y América Latina, como lo demostró y demuestra en Medio Oriente contra el genocidio del pueblo palestino. Promovió el escandaloso plan de limpieza étnica en Gaza, desplazando a su población de sus hogares y transformando el lugar de martirio y resistencia heroica en una zona inmobiliaria rentable, una “Riviera Mediterránea”. Alentó por todos los medios al asesino Netanyahu, a los colonos fascistas, a la ocupación sionista y al régimen del apartheid, apoyando la anexión planeada de Cisjordania, aumentando los armamentos con armas de destrucción masiva y amenazando con desatar el infierno en todo el Medio Oriente si los pueblos no se someten a sus órdenes.

Excepto que los pueblos oprimidos no aceptan el suicidio. El pueblo palestino lo ha demostrado una vez más. Particularmente desde octubre de 2023 y hasta ahora, con su inquebrantable resistencia y sacrificios, se ha erigido y se mantiene como la principal barrera contra los imperialistas que planearon la desaparición de Palestina, la “normalización” de las relaciones Arabia Saudita-Israel, como culminación crucial de los llamados “Acuerdos de Abraham” de los sionistas con las oligarquías árabes, y la creación de un “Nuevo Medio Oriente”, de vital importancia para los intereses imperialistas internacionales y su bastión político-militar sionista.

El “Nuevo Medio Oriente” subyugado pondría bajo control imperialista las rutas internacionales que conectan el Indo-Pacífico con el Mediterráneo y Europa, cortando así el acceso de China y de la “Nueva Ruta de la Seda” tanto al Medio Oriente rico en petróleo como, sobre todo, al Mediterráneo, Europa y África.

Resultó que la cuestión palestina no es sólo el centro del problema de Oriente Medio y el Norte de África. Está en el centro de los acontecimientos mundiales.

En la campaña bélica global del imperialismo estadounidense, incluso a expensas de sus hasta ahora aliados de la OTAN, es de central importancia estratégica superar el declive del sistema global e imponer su debilitada hegemonía en nuevos términos. Él está persiguiendo tras el engaño (φενάκη) MAGA, llevando a la humanidad al borde del abismo y la aniquilación nuclear-climática. No se puede evitar el Armagedón global y luchar por la paz en Ucrania o en cualquier otro lugar hoy sin luchar simultáneamente por la justicia y la libertad en Palestina.

La trampa de los "dos Estados" quedó ahogada en sangre hace mucho tiempo. La perspectiva liberadora debe ser una Palestina unida desde el río Jordán hasta el mar Mediterráneo, sin discriminación religiosa, étnica o social, socialista, en el marco de una Federación Socialista de los pueblos libres del Medio Oriente.

No es casualidad que las movilizaciones internacionales de masas contra el genocidio en Gaza, especialmente las movilizaciones de los jóvenes –junto con una gran parte de la juventud judía y de los intelectuales de América y Europa que gritan “No en nuestro nombre”– se enfrenten a la más brutal represión por parte del Estado y de los que están en el poder. Las clases dominantes, con su sensibilidad de clase, reconocen que éstas no son simplemente expresiones de apoyo sino una amenaza a su dominio.

Así como en el movimiento contra la guerra en Vietnam y en el Mayo revolucionario internacional del 68, las banderas del Viet Cong fueron izadas junto con las banderas rojas y negras como banderas de la revolución mundial, hoy vemos la bandera palestina izada en todas partes no sólo como bandera de un justo reclamo de liberación nacional sino también como bandera de emancipación humana universal, símbolo de la revolución mundial.

La lucha heroica, prolongada e indomable a pesar del genocidio del pueblo palestino, que emerge de pie y luchando de las ruinas de Gaza e incluso de Cisjordania, va más allá de los límites de la resistencia a las fuerzas de invasión y ocupación o incluso de un levantamiento. Es una guerra revolucionaria popular prolongada: la revolución palestina.

La revolución palestina a menudo puede luchar sola, sin el apoyo de los países árabes o incluso traicionada. El Eje de la Resistencia puede haber sido golpeado en 2024 en Líbano, Siria, Irak, con Irán en la mira de la guerra y solo los heroicos Hutíes de Yemen permaneciendo en la práctica del lado de los palestinos. El potencial para una explosión popular revolucionaria en la región persiste. Por eso los reyes, emires y dictadores locales tienen miedo de aceptar fácilmente las caóticas órdenes de Trump. Y no son los únicos que están preocupados por las explosiones populares de ira acumulada. También son los gobernantes de las metrópolis imperialistas los que tienen miedo.

No sólo temen las consecuencias del terremoto geopolítico en Oriente Medio. Junto con la Revolución Palestina, como en su día ocurrió con las revoluciones vietnamita y cubana, es la Revolución internacional la que está surgiendo nuevamente en el horizonte histórico, por más que las clases dominantes pensaran que se habían librado de ella de una vez por todas en 1991.

9 . El ciclo histórico mundial que se abrió con la Revolución Socialista de Octubre de 1917 no se cerró. El capitalismo en su era imperialista de decadencia ha sido incapaz de superarlo durante más de un siglo. Avanza constantemente, con rupturas de un frágil equilibrio temporal en nuevas y más destructivas rondas de una espiral de crisis, guerras y barbarie.

La decadencia de una formación social, sin embargo, como lo mostró el Hegel dialéctico, es la expresión negativa del surgimiento de un nuevo principio de organización social. La dialéctica materialista histórica de Marx sacó a la luz las contradicciones, los límites y la naturaleza transicional del propio capitalismo, como última forma competitiva de la sociedad de clases en la transición a la sociedad sin clases del comunismo, el salto de la hasta entonces Prehistoria a la verdadera Historia humana, el reino de la libertad.

La era imperialista de la decadencia capitalista es, como demostraron los dirigentes bolcheviques de octubre de 1917, Lenin y Trotsky, la era de transición por excelencia. Su resultado no está predeterminado por ninguna teleología metafísica ni por ningún determinismo mecánico, económico o tecnológico. Dependerá de conflictos prolongados de fuerzas sociales vivas en el ámbito nacional y, sobre todo, en el internacional. Precisamente por su carácter de era de transición hacia el comunismo libertario global, el papel de la subjetividad revolucionaria en la teoría, la práctica y la organización es incomparablemente más decisivo que en las transiciones y revoluciones históricas anteriores en la sociedad de clases.

La Revolución Permanente no es simplemente un programa, ni siquiera exclusivamente para países con tareas incompletas de revolución democrático-burguesa, pues éstas la limitan. Es la reflexión dialéctica de las contradicciones de la época dentro de sí misma para su superación revolucionaria.

Así, se convirtió en una guía para la victoria de la Revolución de Octubre y los problemas que posteriormente enfrentó en la construcción socialista y su expansión global; la brújula para navegar en las tormentas de la era de transición, en las victorias y derrotas en la prolongada crisis de la transición; la base irremplazable del movimiento revolucionario que tomó el nombre de Trotsky y el trotskismo.

Trotsky, como teórico por excelencia de la Revolución Permanente, líder junto a Lenin en la victoria de Octubre, se convirtió en el líder de la lucha por su continuación y expansión hasta la consecución de la victoria a escala mundial, contra el cerco y el aislamiento imperialistas, la degeneración burocrática, el estalinismo y la doctrina del “socialismo en un solo país”.

En la década de 1930 y después del colapso de la Tercera Internacional Comunista tras la victoria del nazismo en 1933 y el deslizamiento hacia una Segunda Guerra Mundial, subrayó que “no se puede construir un partido obrero revolucionario en un solo país sin construir la Internacional revolucionaria, así como el socialismo no es posible en un solo país”. Por eso, a pesar de las derrotas y las condiciones adversas, junto a una vanguardia revolucionaria internacionalista perseguida, Trotsky fundó la Cuarta Internacional en vísperas de la Segunda Guerra Mundial.

El EEK también mantiene en su XIX Congreso la posición votada en el XVII Congreso de que la creación de la Cuarta Internacional era históricamente necesaria, históricamente justificada pero históricamente incompleta, como lo demuestran los acontecimientos y las divisiones de la posguerra.

Continuamos en la lucha por la Internacional revolucionaria, con nuestro propio y firme objetivo de la Cuarta Internacional. Ni con la introversión sectaria, el aislacionismo y la autoproclamación, ni con la reunión oportunista y efímera de grupos dispares. Sin amnesia histórica ni reproducción de confusión, aprovechando todas las experiencias revolucionarias, antiguas y nuevas, ponemos de relieve la cuestión de la Internacional con la lucha ideológica y teórica pero también avanzando a través del diálogo camaraderil, paciente, de acciones conjuntas y de experiencias de luchas conjuntas sobre las pequeñas y grandes cuestiones de la lucha de clases de nuestro tiempo junto con fuerzas subversivas de otras tradiciones del movimiento obrero y emancipador.

Utilizamos y desarrollamos la experiencia global de un cuarto de siglo del Centro Socialista Internacional “Christian Rakovsky”, sus acciones y Conferencias Internacionales, desde la guerra de la OTAN en Yugoslavia, hasta las intervenciones en el antiguo espacio soviético, Palestina, Medio Oriente y América Latina. Sin ser un sustituto de la Cuarta Internacional, es un valioso instrumento de transición de la lucha internacionalista, en el camino hacia la Cuarta Internacional, nuestra meta inmutable.

Ahora más que nunca. En un planeta en llamas, contra el holocausto nuclear de una guerra mundial, contra el fascismo, el hambre, el desempleo, el empobrecimiento, la explotación, la opresión, la humillación del hombre por el hombre, contra el hundimiento en la barbarie capitalista, la destrucción de la Naturaleza y de la vida, luchamos por el derrocamiento del capitalismo, la emancipación humana universal, el comunismo libertario pan-humano, guiados por la Revolución Permanente en la teoría y en la práctica y organizando la Cuarta Internacional!

El Comité Central del Partido Revolucionario de los Trabajadores

14 02 2025

Nota: traducción por Opción  Obrera Venezuela


 

 

jueves, 9 de enero de 2025

Defensa legítima de Venezuela

 Ante el acoso imperialista y su séquito de serviles

Defensa legítima de Venezuela

 

Faja petrolifera del Orinoco



 Los trabajadores del mundo somos víctimas de una crisis económica, política y social sin precedentes, donde los organismos supra nacionales desde la ONU y sus instituciones como el Consejo deSeguridad para la Paz, las cohortes celestiales como la CPI y la CIJ sin tapujos avalan guerras, exterminios y genocidios con apoyo de los execrables medios de comunicación masivos

Ante la acusación imperial del fraude electoral

Los regímenes o todo tipo de gobiernos: Realeza, republicanos, democráticos, dictatoriales, por encargo, inventores y campeones de todas las trampas habidas y por haber, ponen el grito al cielo de inaceptable, atroz, impúdico, ante la fecha “10 de enero”, juramentación y ratificación formal del gobierno en Venezuela, mientras todos ellos comparten el genocidio en Palestina y parte del Líbano.

Sólo con el ¡respetable! decreto 13692, emitido en 2015 durante la presidencia de Obama y vigente aún, con el añadido de sanciones económicas y criminales impuestas por la OFAC, es motivo suficiente para que todos los defensores de los oprimidos y explotados del mundo se plieguen a la defensa de Venezuela independientemente del gobierno que se tenga, desde uno dictatorial hasta el de Maduro.

Esto último concreto, es suficiente para tomar partido, además de todos los intentos hasta de asaltos, golpes, saboteos, asesinatos que estos gobiernos realizan y que atentan contra este gobierno, peor aún contra el pueblo venezolano. No podemos permitir que gobierno extranjero se imponga sobre el país, porque viene por sus intereses, hasta desaparecer la nación como lo están haciendo con el pueblo palestino, si no se pliegan a sus dictámenes.

¡Nuestro flamante gobierno!, que no nació el 28 de julio de 2024, independiente de todo lo que sea, no puede ser cambiado por otro que nazca por imposiciones foráneas.

Es deplorable, observar del otro lado de las trincheras, del lado de esos gobiernos en contra de Venezuela, una inmensa cantidad de partidos, movimientos y grupos de izquierda, incluida una caterva de autodenominados trotskistas.

El Nacionalismo burgués, siempre será pseudo nacionalismo, al anteponer los intereses de una minoría explotadora ante la inmensa mayoría de todas las otras clases del país. Por estos roces del país oprimido ante el país opresor, de estas grietas concretas nace la cuña que la clase obrera debe meter en pos de la dirección del país, del gobierno de los trabajadores.

El antiimperialismo se va construyendo de esa forma, no de buscar la quinta pata de la mesa, por ejemplo, el “antimperialismo” de Maduro, Petro, Lula o Sheimbaun, y menos de Milei que ganó sin fraude el gobierno de Argentina.

Este gobierno tiene una política irrestricta y nefasta de apoyos o servicios al capital nacional y extranjero, mientras a la clase trabajadora la mantiene subsumida en la miseria, con un salario oficial, legal, obsceno hasta inmoral por decir lo menos

La receta de salvación no es Maduro, esto es indudable, pero quienes ejecutan el genocidio, masacrando al pueblo palestino, son socios o promotores del cambio de Maduro por un títere servil como lo es Edmundo González y María Corina Machado, o cualquiera que se les ocurra.

Ante los acontecimientos inminentes, quienes estén por sus deseos están en las nebulosas, es necesario pasar esta etapa, no se puede saltar ni mucho menos apoyar lo peor, que son los intentos de invasión a Venezuela, interviniendo y asumiendo compromiso concreto en defensa del país, es la única forma de superar el momento favorablemente, todo lo demás traerá peores consecuencias, vean el espejo de los argentinos con  Milei, donde la izquierda no sale de su marasmo “democrático electoral”  sin fraude, “los grandes conflictos barren todo lo que es a medias y artificial” Trotsky dixit

Lo primero es lo primero, ir contra el mal mayor, de lo contrario y peor aún por omisión, por neutral, por ocultamiento situarse en el lado opuesto. Esto suele suceder, regodeándose en fórmulas abstractas como “independencia de clase”, “nacionalismo burgués”, “antimperialismo” sin contenido concreto solo narrativas sin propuestas, sin consignas de lucha real ante lo que sucede, solo con admoniciones para no caer en compromisos o retos bruscos sino esperando tiempos mejores y continuar el papel desintegrador de la izquierda.

En estas condiciones, llega cualquier cosa para llenar el descontento popular y en especial de la clase obrera, donde en el mejor de los casos, ante el vacío político, se torna desconfiada, en cierta forma neutra, en el caso electoral buena parte de ella, abstencionista, y en el peor de los casos seguidora de respuestas o soluciones extremas que ofrece la derecha política.

La respuesta a estos acontecimientos determina el camino hacia las masas o no, en la construcción de un partido revolucionario y cuartainternacionalista.

Fuera la intervención extrajera en Venezuela

Por un Gobierno de los Trabajadores

Opción Obrera Venezuela, enero 2025

 

 

 

jueves, 2 de enero de 2025

En el tricentenario de Kant (IV): Kant y Marx en el camino del universalismo

 

En el tricentenario de Kant (IV): Kant y Marx en el camino del universalismo

Ana Bazac1

20 12 2024



Este año se cumple el tricentenario del nacimiento de Immanuel Kant (1724-1804). Con motivo de este significativo aniversario, una amiga y compañera de RedMed de Rumania, Ana Bazac, ha escrito un amplio estudio sobre la relevancia del principio ético de Kant, mundialmente conocido, el imperativo categórico, para la política revolucionaria. Este estudio no sólo no deja piedra sin remover con respecto a la máxima de Kant, sino que también profundiza prácticamente en la política mundial contemporánea, planteando preguntas y proporcionando respuestas sobre acontecimientos concretos de nuestra época, como las guerras en Ucrania y Gaza (esta última se está convirtiendo cada vez más en una guerra del Medio Oriente en general). En realidad, Ana Bazac escribió un artículo en cuatro partes y las presentó para su publicación en RedMed, pero al final aceptó que se publicaran íntegramente como un artículo unificado con el título "Relevancia del imperativo categórico de Kant para la política revolucionaria" en la revista teórica Revolutionary Marxism 2025, publicada en nombre del Partido Revolucionario de los Trabajadores (DIP) por un consejo editorial autónomo. Se supone que la revista publicará su edición anual antes de que termine el año que lleva en su título, pero debido al ritmo frenético de la política en Turquía estos días, internacionalmente inmersa hasta el cuello en Siria y en el país plagada de acciones de la clase obrera que se desarrollan espasmódicamente, salpicadas de violencia policial contra los trabajadores, habrá un retraso inevitable en su aparición (la estipulación actual es la publicación a principios o mediados de enero). Por lo tanto, el tricentenario de Kant quedará atrás cuando salga la revista. El autor y el Consejo Editorial de Marxismo Revolucionario han acordado publicar en RedMed antes de que termine el año 2024 la cuarta y última parte del artículo sobre la relación entre Kant y Marx, junto con la introducción al artículo. Estamos seguros de que nuestros lectores que lean este fragmento del artículo de Bazac cogerán Marxismo Revolucionario 2025 cuando salga para leer, junto con otros artículos, el artículo de Bazac en su totalidad. (Nota del editor)

(1) Introducción

Nos encontramos en un año filosófico kantiano (Immanuel Kant, 1724-1804). En efecto, la filosofía se interesa y reflexiona sobre lo que piensa y le interesa la gente corriente; e independientemente de los marcos históricos y de los límites del esfuerzo filosófico técnico, la filosofía como tal es valiosa y permanece en la memoria y el patrimonio de la humanidad sólo en la medida en que aporta soluciones reales al problema real de la historia humana: la situación, la razón de ser y la vida digna de todo ser humano común sobre la Tierra.

De todas las hazañas de los pensadores del mundo sólo retenemos lo que nos resulta significativo/útil, ahora, en una realidad siempre actual. Los filósofos profesionales y los analistas de diversa índole están, por una parte, interesados ​​en comprender mejor cómo y por qué los precursores pensaron de una manera u otra; pero, por otra, parecen encerrarse entre los muros de un lenguaje esotérico y una ilusión de elitismo. En realidad, el lenguaje técnico se puede entender sin problemas si se explica. Y esta explicación no es una reducción, una simplificación vulgar, sino simplemente la actividad absolutamente necesaria -y de algún modo, la razón de ser- de acercar la investigación profesional al público en general, al que en realidad está destinada la investigación.

*

Kant es un gigante en el patrimonio de la humanidad: por su avance epistemológico del conocimiento como un proceso de formación de ideas en múltiples etapas, y por su revolución ética del imperativo categórico. El imperativo categórico es la ley moral de -presta atención- todos los seres racionales: nunca tratar a los demás sólo como medios sino siempre también como fines -como fines tanto de cada individuo como de la especie humana, porque cada ser humano es un representante de la humanidad y la humanidad existe sólo si se cumple esta ley moral.

Los filósofos profesionales -como durante la celebración de Kant este año- se centran en los innumerables aspectos técnicos de la teoría epistemológica, y a veces en algunas de sus aplicaciones: pero casi nunca en la aplicación principal, la teoría del imperativo categórico. Parece que filósofos famosos han calificado mal esta fórmula condensada del modo de ser moral del hombre, pues la consideran formal, abstracta y carente de emociones, relacionada con un mandato no terrenal del deber. Sin embargo, precisamente el imperativo categórico significa un contenido claro del deber y, por tanto, no llamamientos abstractos a la compasión, la caridad o la reciprocidad, sino una manera concreta de medir y controlar los propios límites y criterios.

Los filósofos siempre han creído que se refieren a todo hombre, pero la reducción abstracta a la imagen de su condición histórica y social nunca correspondió a todo ser humano. Kant fue el primero que, a través de su demostrada aplicación ética de la teoría epistemológica de lo que significa la razón, destacó claramente que la moral humana no se cumple con individuos aislados en su marco y luchando por "sobrevivir" a expensas de "otros"/"alejados", por tanto "exteriores" al marco desde el que se habla de "moral". Kant fue el primero que planteó la calidad del individuo humano como ser genérico, representativo no sólo de la especie humana sino también de la categoría de "todos los seres racionales" (en el universo).

IV Kant y Marx en el camino del universalismo

(15) La actitud de Marx ante la metafísica moral kantiana

Obviamente, aquí sólo se mencionan los aspectos morales y sociales de ambos, y sólo se indican los principales elementos de continuidad y discontinuidad.

Marx construyó una demostración científica de la posibilidad/viabilidad de una alternativa comunista al capitalismo. Y ésta era una teoría, que tenía orígenes teóricos diferentes. En el dominio ético -aunque Marx no tenía artículos éticos- es Kant.2

Para un pensador centrado en las condiciones objetivas y subjetivas de una revolución proletaria, la reducción de la libertad y los derechos concretos a los políticos y jurídicos, como hizo Kant, es una prueba de la inconsistencia teórica del autor. Sin embargo, aunque Marx criticó el enfoque metafísico de Kant sobre el derecho y la política, él vio tanto la crítica implícita de sus formas modernas reales que esta metafísica permite como también, y especialmente, los argumentos críticos de la metafísica moralMuy temprano, Marx caracterizó la inclinación de la Ilustración, y por lo tanto de Kant, hacia la metafísica como una muestra de escepticismo "con respecto a la racionalidad de lo existente"3, justo en contraposición a la negación de la racionalidad como tal por parte de los promotores del "¡piensa en positivo!". --si se me permite esta alusión al presente-- por quienes consideran tanto que lo real es racional como que, aunque lo real sea irracional, debe darse por descontado y como base de las formas jurídicas. Así, si éstos son "irracionales" y "acríticos" y su punto de vista es asumido por el Estado moderno oficial, Kant es racional y crítico4. Justo lo que se necesitaba para un análisis crítico, por tanto fructífero, de la organización moderna de la sociedad. El enfoque acrítico "positivo" obsequioso --donde "el derecho del poder arbitrario"5 es principio-- enfatizaba los argumentos de la metafísica moral, del imperativo categórico: es el deber ser el que debe regular las normas de las relaciones de poder si nos hemos alejado de reglas caducas, como todo el mundo considera a la modernidad.

Kant demostró cómo se pueden comprender los niveles de conocimiento y que el nivel de los conceptos permite captar los fenómenos reales no como sucesos individuales y particulares, sino como hechos universales y necesarios. Por su parte, Marx, que sólo se interesaba por el aspecto metodológico de la epistemología, la sucesión de conceptos (definidos según su contenido) en el desarrollo de la teoría, relacionaba lo universal y necesario con el proceso histórico y las relaciones sociales. El método crítico de Kant se ocupaba de lo teórico y lo metafísico, los conceptos con sus significados y funciones de forma necesitaban ser revisados; el método crítico de Marx se ocupaba del desarrollo de las relaciones sociales reales, y sólo sobre esta base se enfrentaba a los conceptos. No importa cuán mentalmente se conciban, las ideas universales y necesarias no se desarrollan por sí mismas, sino sólo en conexión con la realidad histórica y social. Por eso, el método crítico de Marx se ocupaba del conjunto, de las interdependencias complejas y las retroalimentaciones de las ideas -y de los diferentes tipos de ideas- y/o con la economía, la política, el derecho, la cultura, la conciencia. Y el conjunto sólo puede captarse si las formas se relacionan con los contenidos dados por la experiencia.

Marx criticó el "idealismo" moral de Kant no desde el punto de vista de sus consecuencias prácticas: al contrario, precisamente esta perspectiva del idealismo moral se mostró y "debe ser considerada con razón como la teoría alemana de la revolución francesa"6, precisamente opuesta a quienes la ridiculizaban desde el punto de vista de encerrar lo real en instituciones que obstaculizan su desarrollo.

Por tanto, para Marx la base de la metafísica moral era válida, incluso muy necesaria; pero no la "metafísica del derecho" que rechazaba la realidad social.7 Precisamente las normas jurídicas -y, por tanto, las instituciones y relaciones políticas- deben corresponder a la realidad social. Si en la moral el bien común se da cuando los seres humanos no son tratados sólo como medios, sino siempre también como fines, éste puede manifestarse de manera real -no sólo cuando las normas políticas y jurídicas se alejan de lo existente e imponen la dominación, la asimetría estructural de la libertad- sino, fundamentalmente, sólo en las relaciones económicas que anulan la asimetría del poder para controlar los recursos de la vida, asimetría que hacía a los seres humanos tan indefensos e ineficaces.

(16) Las formas de Kant y los contenidos de Marx

La demostración metafísica de Kant -es decir, la búsqueda de principios a partir de la deducción de conceptos, ellos mismos definidos en el marco de significados dados in abstracto- no es una rareza filosófica que podamos descartar. Su alternativa no es el "realismo" cínico que afirma el status quo como racional, y por lo tanto "bastante bueno". Por el contrario, la insistencia de Kant en el deber ser alimenta el realismo de la creación del bien común. Este espíritu kantiano fue continuado por Marx, mostrando ambos la necesidad de reexaminar las estructuras esenciales de la sociedad moderna. Ambos hicieron una "crítica trascendental" de la sociedad -este adjetivo significa aquí un análisis altamente probado teóricamente- y, además, Marx hizo una crítica desde sus raices.

Kant presentó la formación de las ideas qua (en cuanto) ideas, como formas. Marx señaló la formación de las ideas como contenidos y su dependencia tanto de los contenidos concretos dados por la experiencia como, en este marco, de la manera de pensar estos contenidos: esta fue la razón no sólo de su explicación de la ideología sino también de su enfoque en la metodología del pensamiento de los contenidos.

Kant no fue el primer filósofo que puso de manifiesto lo determinante que es tener una conciencia clara de las ideas a las que llegamos "naturalmente". Pero fue el primero en explicar que esta conciencia clara de las ideas es la conciencia de las ideas como formas, es decir, como nuestra síntesis mental que, aunque parte de la información proporcionada por los sentidos, se aleja un poco de ella porque los conceptos surgen del procesamiento de las nociones empíricas y las ideas del procesamiento de los conceptos. Marx continuó el enfoque en la conciencia clara de las ideas, porque sin este enfoque no se entiende el papel cardinal de las ideas en la conciencia y las acciones de las personas.

Y demostró que la conciencia clara de las ideas siempre incluye sus contenidos: que no son en absoluto copias neutrales del estado de los hechos, sino que reflejan simplemente la experiencia de los seres humanos, su experiencia histórica y, en lo que respecta a la experiencia social inherente, obviamente en el marco de las relaciones sociales, su posición dentro de las relaciones sociales concretas. Y, por supuesto, las ideas circulan, se emiten, se enseñan, se aprenden, se asumen; así, en lo que respecta a las ideas sobre su experiencia social, las personas adoptan, conscientemente o no, incluso ideas que no corresponden a su propia posición social. Las personas interpretan los hechos -dejando de lado que incluso la información que describe los hechos refleja las relaciones de poder y se emite de acuerdo con la posición social/interés de los gobernantes- solo en principio de acuerdo con su propia posición social, en realidad sus ideas relacionadas con la sociedad están subordinadas a la posición social dominante. Por tanto, una conciencia clara de las ideas implica la conciencia de las "posiciones sociales" de las ideas/de su carácter ideológico, porque sólo esta conciencia ayuda a los seres humanos a comprender el desarrollo de estas ideas y sus consecuencias: su telos/razón de ser tal como debe ser y su disuasión de ello, pero sin embargo su continuación, su duración, por una inercia que hace enfermar a las personas y a la realidad social en la que viven. La inercia de las ideas conduce a la inercia de la realidad social.

Por lo tanto, para sacudirla, es necesario sacudir las ideas mismas.

(17) La publicidad de Kant como elemento principal en la construcción de las condiciones subjetivas de la transformación comunista

La deducción que Kant hace de la publicidad, y por tanto de la libertad de expresión, desde dentro de su construcción metafísica, sus impulsos ilustrados y su compromiso de contribuir a la osadía y al conocimiento de la gente común estaban en línea con el objetivo de toda la vida de Marx de contribuir a las condiciones subjetivas de una revolución proletaria -siendo los proletarios una clase mundial dentro de un sistema mundial capitalista-: la razón humana8 no acepta "Untermenschen (infrahumanos) cognitivos", fue la advertencia tanto de Kant como de Marx.

(18) Los paradigmas de Kant y Marx

Los principios (filosóficos) presentados e innovadores rara vez aparecen; en general, las mismas ideas se discuten y se explican según la nueva experiencia.

El principio del imperativo categórico es, para la ética, lo que la teoría de Darwin es para la biología. Son paradigmas para el desarrollo de la ciencia y el conocimiento humano: y el conocimiento nunca se queda sólo en pensar.

Marx, también, fue un creador de principios paradigmáticos:

• el resultado de la historicidad de la lucha de clases,

• la necesidad de la "dictadura del proletariado" - en realidad, la toma del poder político por el proletariado - como condición esencial, absolutamente necesaria para

• la abolición de la propiedad privada como relación social estructural de la sociedad moderna (y que nunca debe confundirse con la propiedad personal).

De hecho, la condición social - la que es el marco de las relaciones interhumanas - de tratar a los demás no sólo como medios sino siempre como fines es precisamente la abolición de la propiedad privada. Éstos son los principios fundadores, pero hay mucho más. Y desde este punto de vista de los principios paradigmáticos en la sociedad, entre los humanos, Kant y Marx se completan mutuamente.

El imperativo categórico como fórmula ética y la toma del poder político por el proletariado para abolir la propiedad privada son las condiciones más concretas, más funcionales, más claras y reveladoras, como criterios últimos del valor real de cada ser humano y de todos. Pero la realización del imperativo ético está condicionada por la realización de los principios marxistas. Como vemos hoy, aparte de estos principios, todas las consignas y "reformas" son impotentes y, concretamente, nocivas; desperdician el tiempo y la vida de los hombres. Tenemos derecho a decir que, así como el imperativo categórico es una idea reguladora de la moral, la idea comunista -como síntesis de los principios antes mencionados- es una idea reguladora de la vida práctica.

(19) El carácter universalizable de Kant y Marx

Kant planteó la exigencia -y el principio, puesto que es sinónimo del imperativo categórico- de la universalizabilidad, de lo universalizable. Por su parte, al enfatizar en las clases sociales, Marx no defendió la división y la discordia de la sociedad: por el contrario, demostró el estatuto proletario de la gran mayoría de la población mundial, independientemente de las "connivencias" populares distribuidas como migajas arrojadas por el control privado restrictivo de los recursos y de la vida. Este estatuto proletario es el negativo del comportamiento humano según el imperativo categórico, es el universal negativo. "A través de Kant", Marx promovió la universalización concreta. "A través de Marx", Kant señaló que la universalización no es una utopía.

Sí, no debemos olvidar los significados kantianos de seres racionales como personas con derechos y seres sin derechos, o de estados con sociedad civil y sin ella (colonias); así como debemos considerar la federación cosmopolita de estados con sociedad civil solo como un modelo para una integración mundial de todos los estados; y si es así, Kant mismo se desvió de su principio epistemológico para considerar los principios solo como formas que contienen prescripciones universales y necesarias: ¿sería acorde una federación que solo apunta a prohibir un ataque mutuo de estados con un imperativo categórico?

Más aún: el imperativo categórico como universalizable es discordante con los derechos kantianos de los estados, porque estos estados, o naciones, son grupos. No podemos postular derechos de cualquier tipo de grupos por encima de los derechos universalizables en su significado moral. Una toma de poder proletaria no es en absoluto una institución de los derechos de un grupo sobre los derechos de otro. Porque el proletariado, -denotando el rasgo proletario de todos los trabajadores del mundo, su dependencia del control privado de los recursos del mundo entero- es universal: no en el sentido simple de que es una clase mundial, sino en el sentido sustantivo de que su propósito es universal, la abolición de la propiedad privada y el establecimiento del control público de los recursos y objetivos sociales en todo el mundo.

En este sentido, el internacionalismo de Marx está en consonancia con el imperativo categórico: es el imperativo político que corresponde a una moral. Todos los seres humanos del mundo son fines unos de otros si y sólo si se deshacen de las relaciones estructurales internas e internacionales que los determinan a considerarse unos a otros sólo como medios. Dicho de otra manera, si y sólo si construyen relaciones estructurales internas e internacionales que permitan su igualdad social real y alimenten su participación activa en el control de los recursos y los objetivos sociales. Sobre esta base, los seres humanos tienen la libertad de actuar de acuerdo con sus pensamientos como aspiraciones para manifestar el poder creativo único de cada uno. Sobre esta base, todas las relaciones y sentimientos interhumanos pueden evolucionar en su complejidad marcada por el par de valores bien-mal, que, sin embargo, se ven obstaculizados por la profunda restricción de no tratar a los demás sólo como medios. De todos modos, el universalismo se aprende, el encierro en grupos lo impide.

Las universalidades marxistas -es decir, no sólo los marxianos (es decir, creados por Marx y Engels) sino también los creados a su paso- no anulan el pluralismo de las culturas. En realidad, precisamente este pluralismo y su necesidad dependen de estas universalidades. ¿Podemos concebir el desarrollo de la cultura específica de cada pueblo del mundo y de cada ser humano sin la abolición de la propiedad privada, la emancipación de los pueblos de las colonias y semicolonias, el rechazo del principio de los grupos "elegidos" y su "justificación" "histórica", así como la justificación "social", y sin la ampliación de los derechos sociales sobre la base de grandes gastos sociales del Estado? ¿Podemos considerar los hechos históricos y los mitos como más importantes que el imperativo categórico?

(20) Las relaciones prácticas de Kant y de Marx

Kant describió las relaciones prácticas, moralmente reguladas, como relaciones políticas y jurídicas.

Marx demostró que las relaciones prácticas son, en primer lugar y obviamente a través de las actitudes de las personas que son morales en su esencia9, económicas. Al analizar la economía de mercado moderna, esto es,

• economía basada en la propiedad privada y no en la "posesión de los ricos" o de un ciudadano abstracto que predica la adquisición privada como un derecho natural;

• objetivo/ley de maximización del beneficio privado;

• competencia entre los propietarios privados y las estructuras, y por lo tanto, competencia también entre los asalariados;

dominación y explotación del mundo por los estados que representan las estructuras de propiedad privada más poderosas y avanzadas, o colonialismo moderno (más tarde llamado imperialismo o dominación Centro-Periferia),

Marx no lo consideró como una desviación de las "antiguas" sociedades de "control social de la economía"10. Y tampoco evaluó el capitalismo como un buen arreglo social como tal, mejor que los sistemas anteriores, como Polanyi creía que Marx habría pensado de esta manera, pero destacó el papel histórico del sistema moderno:

desarrollar las fuerzas productivas a un nivel no sólo superior a las antiguas relaciones productivas sino también y por lo tanto a un nivel que ya no apoya las relaciones productivas capitalistas, o a un nivel en que las relaciones productivas obstaculizan el desarrollo de las fuerzas productivas,

globalizar la economía y la civilización como tales -generalizando a nivel mundial la economía de mercado, la ciencia, la tecnología y la cultura de masas- y así crear la base objetiva para una sociedad comunista.

Y como esa globalización es capitalista, subordinada a la búsqueda capitalista del beneficio privado, es obvio que se desarrolla de una manera contradictoria y autodestructiva tanto para la economía como para la sociedad.

(21) Juzgando el capitalismo maduro y la transición socialista a través de los lentes de Marx

El capitalismo separó la economía de los arreglos sociales y consideró la economía como el dominio donde la regla es exclusivamente el beneficio privado y que está regulado exclusivamente por sus propias reglas. Incluso los gastos sociales del Estado eran sólo el resultado de la lucha de clases interna y de la práctica socialista internacional –como en la URSS y más tarde, en los países socialistas de Europa del Este y Asia– a los que temía y odiaba, implementando los gastos sociales sólo en función de los intereses del beneficio privado, obtenidos mediante la extorsión internacional y la expansión interna del consumo. Así, la idea de la economía autorregulada se convirtió en el principio del capitalismo, aunque la economía capitalista misma necesitaba y necesita la intervención del Estado en la economía, y aunque la “autorregulación” determinaba el ataque a la economía sustantiva, drenando las inversiones hacia el “sistema Ponzi” financiero (es la llamada financiarización). La financiarización en sí misma es una eliminación de las finanzas de la lógica de la economía sustantiva, determinando también altos desequilibrios financieros (aumento de la deuda, etc.). Así, ese drenaje determina el debilitamiento de las antiguas economías sustantivas desarrolladas y acentúa los desequilibrios sustanciales de las colonias que, después de la descolonización formal, se convirtieron en “países en desarrollo”. Si con el surgimiento del capitalismo se produjo “una dislocación social de proporciones tremendas”: de la explotación de los trabajadores pobres del campo a la de los urbanos, la globalización de la economía socialmente desregulada condujo y conduce a otra dislocación, no asombrosa pero sí épica, a escala global.

Además, el capitalismo ha subordinado la sociedad a esta economía y ha aplicado las reglas del mercado capitalista a la comprensión y valoración de los valores sociales intangibles. En esta sociedad, las reglas sociales ya no son reguladoras, ni para la sociedad ni para la economía. Por eso, condenar al capitalismo desde un punto de vista ético –el de las economías precapitalistas basadas en gran medida en la reciprocidad y en las ganancias simétricas del intercambio– no es en absoluto eficaz para explicar por qué y cómo las reglas capitalistas se han generalizado y son generales. El hecho de que la economía deba ser controlada por la sociedad no se cumple espontáneamente por la sociedad. Y el control por parte del Estado subordinado al beneficio privado representa, aunque un alivio a la condición de la mayoría, sólo un instrumento para ayudar al desarrollo del capitalismo como tal.

Por esta razón, aunque la ex URSS nació como un país atrasado y tuvo que desarrollarse en el marco de un mercado capitalista mundial, en realidad ella y los demás países socialistas no eran “capitalismo de Estado”. Tanto la URSS como los demás países socialistas tuvieron que actuar internacionalmente según las reglas del mercado capitalista, mientras que en el interior mezclaban esta lógica con el objetivo de desarrollar una economía subordinada no sólo a la modernización de las estructuras económicas –y este objetivo implicaba reglas de mercado y de no mercado– sino también a la implementación de los valores socialistas, incluso en su sentido comunista, y de actitudes como la valoración mutua de los hombres según su dignidad humana inherente y su igualdad social: porque “la condición de la política” lo aseguraba.

Porque los valores legitimadores del sistema socialista no eran la santidad de la propiedad privada y la dominación del “más apto”, sino simplemente la justicia social y la igualdad: este sistema fue, de hecho, la primera fase de la construcción de la sociedad postcapitalista, como mostró Marx, desde los Manuscritos Económicos y Filosóficos de 1844 hasta la Crítica del Programa de Gotha. Simplemente, socialismo. No “socialismo de Estado”. ¿No podemos ver que la enorme intervención económica del Estado en las sociedades capitalistas –incluso mediante el patrocinio de la cultura y la educación de masas– no fue y no es equivalente al “socialismo”, sólo por los valores y fines de estos diferentes tipos de intervencionismo estatal? ¿Y no podemos ver que la intervención estatal capitalista no resolvió el problema de la vida significativa de su población? ¿Puede una vida significativa ser la del consumo y la “supervivencia” egoísta?

Los valores socialistas tenían tanto un aspecto socialista –respondiendo a las exigencias objetivas de la construcción de una nueva sociedad dentro de la antigua– como un aspecto comunista: donde la igualdad significaba –como en Kant– igualdad qua (en cuanto) ser humano. Por supuesto, no tenemos que idealizar la primera experiencia práctica socialista y, dejando de lado la evolución concreta de esta experiencia, la mezcla de valores en sí en la vida real. Pero sólo siguiendo los nuevos valores legitimadores, la justicia social era –y no como un deseo o una prescripción para el futuro– “una política igualitaria in actu (en acto)”. Y la política socialista era sólo eso: con todos sus defectos. Por lo tanto, la “condición” de una política socialista reflejaba la igual dotación de razón de todos los seres humanos, tanto cartesiana como kantiana.

En esto, la política socialista –fundamentada por Marx– es a la vez la superación de la imagen kantiana sobre la posibilidad de la justicia (como derechos sociales iguales) en una sociedad basada en la libertad política y jurídica capitalista de los ciudadanos, y la continuación de sus requerimientos morales como fundamento real de la política y la sociedad. Una continuación muy difícil, debido a la oposición de las fuerzas capitalistas en todo el mundo mediante un modelo en el que nadie es responsable y en el que el “horror indescriptible” (Mazin Qumsieh, http://www.defenddemocracy.press/please-end-extermination-campaign/) está cubierto por el consumo y el espectáculo que aniquilan la conciencia de los privilegiados reales y falsos, y en el que incluso la “neolengua” de Orwell es increíblemente superada.

Pero los límites históricos de Kant no afectan al valor del imperativo categórico. Al contrario, lo enfatizan.

(22) El imperativo categórico de Kant como una llamada para Marx

Sin embargo, este principio exige ser superado. En ética, Kant hizo una revolución, pero en moral Kant es sólo una llamada a Marx: para la comprensión real del valor de cada ser humano, se necesita una teoría explícita del desarrollo integral concreto de la sociedad. Kant no subordinó las múltiples dimensiones del ser humano a la racionalidad (como dicen sus críticos), sino que explicó la base cognitiva de estas dimensiones y su base moral. Marx no es superior a Kant porque considere todas estas dimensiones, sino porque explica su interdependencia y su dependencia de las relaciones estructurales económicas. Y porque sus principios, conclusiones de las indagaciones de lo real, resaltan marcos (“formas”) realizados y cumplidos por todas las personas y por todos los pueblos. Dan los contenidos de la idea reguladora del comunismo, trazando también sus formas. En esencia, estos contenidos con formas no pueden anular los paradigmas marxistas porque, en efecto, “el contenido de todo acto humano tiene que ver, en última instancia, con la producción-reproducción de la vida humana en comunidad”11.  

Pero, concretamente, las condiciones reales determinan los problemas, su comprensión y, por tanto, los ritmos, las prioridades, las escalas, las fases, los medios, las correlaciones entre movimientos tácticos y tendencias estratégicas, en una palabra, la metodología. Por ejemplo, según la demostración teórica original marxista, donde las contradicciones son más agudas, allí se sienten más intensamente y, por tanto, se produce la revolución. Sin embargo, como lo ha demostrado la historia, no ha sido así, porque Occidente no es sólo la “patria” de la modernidad y su desarrollo como amo del capitalismo mundial, sino también su vitrina, el bienestar y la ideología dominante pagada por el capitalismo occidental que frena el proceso de toma de conciencia social.

Por lo tanto, no fueron las contradicciones estructurales más agudas entre las relaciones productivas, que son privadas y restrictivas –que requieren la socialización de los medios de producción, que están significativamente socializados y son globales– y las fuerzas productivas, incluidas la ciencia y la tecnología, que están altamente socializadas y son globales, las que condujeron a la revolución, sino, por el contrario, las contradicciones principales más agudas entre los pueblos colonizados y semicolonizados y los colonizadores occidentales que se desarrollaron en las semiperiferias y periferias. Pero todas estas contradicciones se entremezclan. Tanto más cuanto que el capitalismo occidental es el espejo de las contradicciones estructurales y sus resultados: el nivel de descubrimiento científico y tecnológico es enorme y, al mismo tiempo, su aplicación está pervertida, los que toman las decisiones occidentales generan guerra, hambruna y desnutrición, destrucción, crisis ecológica compleja hasta el punto de no retorno, aumento de creencias irracionales y absurdas, ignorancia, miedo y reducción a la “lucha por la supervivencia”. Hoy, el mundo se enfrenta al capitalismo globalizado en su etapa neoliberal y de crisis sistémica. Es obvio que las dificultades son mucho mayores que hace un siglo. En primer lugar, lo que hay que desafiar es su papel hegemónico en la conciencia de los proletarios del mundo. Y en este proceso, el imperativo categórico de Kant es un faro.

(23) Kant y Marx frente a la necesidad

Tanto Kant como Marx anunciaron el futuro, una sociedad à venir, si usamos la expresión de Derrida para la democracia. Ambos eran moderadamente optimistas. Pero mientras que la metafísica moral de Kant puede ser vista por un no filósofo común como un deseo abstracto, la teoría de Marx es, de hecho, la clave de su propensión activa: más que una esperanza, un método práctico. Esto es sólo un boceto, continuamente evolucionado en la realidad por todos los humanos à venir (que vendrán).

 El imperativo categórico moral de Kant señaló un nuevo momento del concepto de necesidad: para tratar a todos los humanos como fines, y no sólo como medios, es la condición sine qua non de la persistencia de la humanidad. El principio de revolución política de Marx para destruir la causa de considerar a los humanos como medios y no como fines, fue y es la condición sine qua non de la realización de la necesidad moral. Kant dio el marco de la necesidad. El principio de Marx mostró la posibilidad del marco.

En tal caso, “Marx” no sólo significa el descubrimiento teórico marxista, sino también y esencialmente para los pensadores Marxistas que lo prosiguieron: y en primer lugar, a Lenin, porque fue el primero en poner en práctica el principio de la revolución comunista, demostrando que eso es posible. El proceso práctico enfatiza otra relación entre los conceptos filosóficos de posibilidad y necesidad: revela que la necesidad exige una desviación de eso, sólo para poder cumplirse. La necesidad es estricta, la posibilidad es abierta, porque de otro modo no se puede cumplir el marco necesario. Ésta es la originalidad de la creación de la posibilidad: el “socialismo en un país” Leninista y Estalinista, el “experimento único en América Latina” cubano, las “repúblicas populares” china, norcoreana y norvietnamita, el actual “socialismo con características chinas”, son la creación original de la posibilidad. La realización y sostenibilidad del comunismo requiere e implica la conciencia e implica la conciencia de su necesidad por parte de los proletarios de todo el mundo. La posibilidad es positiva12, muestra cómo la necesidad se cumple, a pesar de todos los obstáculos, mientras que los proletarios del mundo están sólo en la fase negativa en la que todavía no critican el “uso de la razón” dominante y se conforman con este uso, viendo sólo lo que no es pero que se les presenta como conocimiento: por lo tanto, sólo aprenden a reconocer a estos.

Este desfase/disyunción de fases entre lo negativo que priva de posibilidad y la lucha original por la necesidad es la marca de nuestra época. Teóricamente, la necesidad hace, en última instancia, el mundo. Prácticamente, su proceso está abierto: incluso a su destrucción, a causa de la destrucción de tantas vidas. Teóricamente, la vida humana es sagrada, y este principio asumido por todos lo es y conduce al principio moral de universalización. Esto significa, según Kant, que no es la razón lo específico de los seres humanos –hay otros seres en la Tierra que también piensan– sino la razón moral. Y la razón moral es lo que da la especificidad única a todos los seres racionales del universo13. Pero en el entorno práctico que nos rodea, vemos que la vida humana no es sagrada.

 

[1] Profesora, División de Lógica, Metodología y Filosofía de la Ciencia, Comité Rumano de Historia y Filosofía de la Ciencia y la Tecnología, Academia Rumana.

[2] Para las relaciones entre Kant y Marx, véase: Harry van der Linden, Kantian Ethics and Socialism, Indianápolis/Cambridge, Hackett Publishing Company, 1988, Butler University Books. 17; Howard Williams, “Karl Vorlaender’s Kantian Synthesis of Marx and Kant”, Kant Yearbook, Volumen 13, Número 1, 2021, págs. 129-152; Discutiendo a Hermann Cohen en la Escuela neokantiana de Marburgo, Elisabeth Widmer, “‘Kantismo de izquierda’ y la ‘disputa científica’ entre Rudolf Stammler y Hermann Cohen”, Archiv für Geschichte der Philosophie, 18 de octubre de 2023.

[3] Karl Marx, “El manifiesto filosófico de la escuela histórica del derecho” (1842), Marx Engels Collected Works, Volumen 1, Lawrence & Wishart, (1975), 2010 Electric Book, pp. 203-210 (aquí, p. 205, subrayé). (Marx-Engels, Gesamtausgabe, I, pt. 1, 251-259).

[4] Ibidem (2010), p. 204.

[5] Ibidem (2010), p. 210.

[6] Ibidem, p. 206.

[7] Véase el análisis del análisis de la jurisprudencia del jovencísimo Marx, su punto de partida, en Donald R. Kelley, “La metafísica del derecho: un ensayo sobre el jovencísimo Marx”, The American Historical Review, vol. 83, núm. 2 (abril de 1978), pp. 350-367

[8] Y también los sentimientos –como sufrimiento, en primer lugar–. Kant demostró que, en último término, los sentimientos tienen una base y una justificación en el pensamiento, en la razón, y su objetivo era formalizar esta base racional. Esta base era obvia también para Marx. Pero su objetivo era cambiar los acuerdos sociales que generan crueldad y sufrimiento. Los sentimientos son individuales y aleatorios. ¿Pueden justificar nuestro conocimiento que implica y busca lo universal y lo necesario? No, para llegar a lo universal y lo necesario, las condiciones de los sentimientos deben ser tomadas en cuenta por el conocimiento. Solo analizando estas condiciones podemos llegar a lo que es universal y necesario, es decir, al conocimiento objetivo. Precisamente porque los sentimientos revelan el carácter mediado de la objetividad, Marx se centró en la descomposición científica de las relaciones sociales en su desarrollo.

[9] Las actitudes son morales porque implican la consideración tanto de los sujetos que piensan y actúan como de los que están en cualquier tipo de relación con los primeros, y de los pensamientos y acciones como tales, según significados más allá de la causalidad y eficacia estrictas y directas, es decir según el telos preguntando para qué esos pensamientos, acciones, actitudes y relaciones. Así, el carácter moral duplica el carácter práctico que consiste justamente en el despliegue de la evaluación causal y de eficacia de los pensamientos, acciones, actitudes, relaciones, instituciones, valores. La evaluación moral según el para qué es práctica, también, porque es el nivel de contenido de la razón, pero es especial en cuanto que es el trasfondo de las actitudes humanas; sin embargo, su propio despliegue en la mente humana se produce conscientemente y, por tanto, no se superpone exactamente a la práctica. La evaluación moral pregunta, impone, exige, pero si la organización social impone prioridades prácticas que no son adecuadas a la “voz moral” de la conciencia, ésta es silenciada (postergada, pervertida, etc.). Esta división entre moral y práctica es una cuestión de contenidos de los fines, medios, valores y formas sociales, y fue enfatizada por Marx.

Los humanos adquirieron las capacidades de evaluación moral como restricciones. Las restricciones mismas tienen una base instintiva de interdependencia entre humanos y, por lo tanto, la restricción de matar a otros humanos, etc. Véase Konrad, Lorenz, On Aggression (1963), Traducido por Marjorie Kerr Wilson, Nueva York: Harcourt, Brace & World, 1966.

[10] Como Karl Polanyi, The Great Transformation, Boston, Beacon Press, 1944, consideró. Y como él pensaba que Marx habría pensado de esta manera.

[11] Enrique Dussel, “El reto actual de la ética: detener el proceso destructivo de la vida”, pp. 143-152, en Heinz Dieterich, Enrique Dussel, Raimundo Franco, Arno Peters, Carsten Stahmer, Hugo Zemelmann, Fin del Capitalismo Global. El Nuevo Proyecto Histórico, México, Txalaparta, 1999, p. 143.

[12] Kant señaló medios positivos para aplicar el conocimiento a la práctica, “para extender los límites de la sensibilidad… más allá de todo, y así incluso desalojar el uso de la razón pura (práctica)”, mientras que negativo es permanecer sólo dentro de los límites del conocimiento teórico, o de la sensibilidad, Immanuel Kant, Crítica de la Razón Pura, Prefacio a la segunda edición, Bxxiv, p. 114.

[13] Por esta razón, la ideología dominante contemporánea que difunde el miedo a la “invasión extraterrestre de la Tierra” es ridícula: ¿podemos imaginar civilizaciones extraterrestres capaces de emprender viajes intergalaxias pero desprovistas de “la ley moral interior” de cada ser individual que constituye estas civilizaciones? Dado que la ley moral eleva simplemente “el valor como inteligencia” que se obtiene mediante la búsqueda por parte de todos de la razón de ser de la inteligencia como tal, es decir, mediante la búsqueda por parte de todos del bien común de todos los seres morales del universo, ¿podemos imaginar las civilizaciones extraterrestres como semejantes a la lógica capitalista de supervivencia del “más apto”, es decir, del más fuerte? ¿No entendemos más bien que el miedo a los extraterrestres es la transferencia de las relaciones del homo homini lupus para desviar la atención general precisamente de estas relaciones? Las citas de Kant son de Crítica de la Razón Práctica (AA 5: 162), p. 129.


Referencias

[1] Battesti, Michèle, Jacques Fremeaux (sous la dir.). Sortir de la guerre, Paris : Presses de l’Université Paris-Sorbonne, 2014.

[2] Bazac, Ana. “Conatus and the worth of life in a time of crisis”, in Philosophy and Crisis: Responding to Challenges to Ways of Life in the Contemporary World, 2013 Conference Proceedings, G. Maggini, H. Karabatzaki, V. Solomou-Papanikolaou and J.Vila-Chã (Eds.), vol. II, Washington D.C., Council for Research in Values  and Philosophy, book series IV. "Cultural Heritage and Contemporary Change", vol. 11, November 2018, pp. 137-152.

[3] Bazac, Ana. “The Enlightenment Epistemology and its Warning against the Instrumentalization of Science”, Noema, 2020, pp. 29-75.

[4] Bazac, Ana. “The Problem of the Coexistence of the Concept of Human Nature and Racism”, Dialogue & Universalism, 1/2021, pp. 139-156.

[5] Bazac, Ana. “Understanding the Virtues of Enlightenment Epistemology”, Dialogue & Universalism, 2/2021, pp. 211-230.

[6] Deputy Pentagon Press Secretary Sabrina Singh Holds a Press Conference, Aug. 8, 2024, https://www.defense.gov/News/Transcripts/Transcript/Article/3867296/deputy-pentagon-press-secretary-sabrina-singh-holds-a-press-conference/.

[7] Dussel, Enrique. “El reto actual de la ética: detener el proceso destructivo de la vida”, pp. 143-152. In: Heinz Dieterich, Enrique Dussel, Raimundo Franco, Arno Peters, Carsten Stahmer, Hugo Zemelmann, Fin del Capitalismo Global. El Nuevo Proyecto Histόrico, Mexico, Txalaparta, 1999.

[8] Guiga, Nebiha, Aurélien Portelli. « Les récits du radeau de la Méduse : L’histoire d’une situation extrême au prisme des violences et des sorties de guerre », Napoleonica. La Revue, 2023/2 (N° 46), p. 139-172.

[9] Kant, Immanuel. Critique of Pure Reason (1781/1787), Translated and edited by Paul Guyer and Allen W. Wood, Cambridge University Press, 1998.

[10] Kant, Immanuel. Toward Perpetual Peace: A Philosophical Sketch (1795). In: Toward Perpetual Peace and Other Writings on Politics, Peace, and History, Edited and with an Introduction by Pauline Kleingeld, Translated by David L. Colclasure with essays by Jeremy Waldron, Michael W. Doyle, Allen W. Wood, New Haven and London, Yale University Press, 2006.

[11] Kant, Immanuel. The Metaphysics of Morals (1797), Introduction, translation and notes by Mary Gregor, Cambridge University Press, 1991.

[12] Kant, Immanuel. The Conflict of Faculties (1798). In: Immanuel Kant, Toward Perpetual Peace and Other Writings on Politics, Peace and History, Edited and with an Introduction by Pauline Kleingeld, Translated by David L. Colclasure with essays by Jeremy Waldron, Michael W. Doyle, Allen W. Wood, New Haven and London, Yale University Press, 2006.

[13] Kelley, Donald R. “The Metaphysics of Law: An Essay on the Very Young Marx”, The American Historical Review, Vol. 83, No. 2 (Apr., 1978), pp. 350-367.

[14] Kleingeld, Pauline. “Kant’s Second Thoughts on Colonialism”. In: Katrin Flikschuh and Lea Ypi (Eds.), Kant and Colonialism: Historical and Critical Perspectives, Oxford: Oxford University Press, 2014, pp. 43-67.

[15] Lorenz, Konrad. On Aggression (1963), Translated by Marjorie Kerr Wilson, New York: Harcourt, Brace & World, 1966.

[16] Maliks, Reidar. “Kant and the French Revolution”, Las Torres de Lucca. Revista internacional de filosofía política, 12(2), 2023, pp. 113-119.

[17] Marshal, Alain. Pourquoi risquer la prison pour la Palestine ?, 21 octobre 2024, https://alainmarshal.org/2024/10/21/pourquoi-risquer-la-prison-pour-la-palestine/.

[18] Marx, Karl. “The Philosophical Manifesto of the Historical School of Law” (1842), Marx Engels Collected Works, Volume 1, Lawrence & Wishart, (1975), 2010 Electric Book, pp. 203-210. (Marx-Engels, Gesamtausgabe, I, pt. 1, 251-259).

[19] Nahoum-Grappe, Véronique. « Anthropologie de la violence extrême : le crime de profanation », Revue internationale des sciences sociales, 2002/4, p. 601‑609.

[20] Qumsieh, Mazin.  Please, end Extermination campaign, 23/10/2024,

http://www.defenddemocracy.press/please-end-extermination-campaign/.

[21] Saini, Angela. Superior: The Return of Race Science, Beacon Press, 2019. 

[22] Shillian, Robbie. Race and the Undeserving Poor, Newcastle upon Tyne: Agenda Publishing, 2018.

[23] Surprenant, Chris W. “A Reconciliation of Kant’s Views on Revolution”, Interpretation – A Journal of Political Philosophy, Volume 32, Issue 2, 2005, pp. 151-169.

[24] Tenth emergency special session, Agenda item 5, Illegal Israeli actions in Occupied East Jerusalem and the rest of the Occupied Palestinian Territory, 13 September 2024, United Nations, General Assembly, https://documents.un.org/doc/undoc/ltd/n24/266/48/pdf/n2426648.pdf.

[25] van der Linden, Harry. Kantian Ethics and Socialism, Indianapolis/Cambridge: Hackett Publishing Company, 1988, Butler University Books.

[26] Widmer, Elisabeth. “‘Left-Kantianism’ and the ‘Scientific Dispute’ between Rudolf Stammler and Hermann Cohen”, Archiv für Geschichte der Philosophie, October 18, 2023.

[27] Williams, Howard. “Karl Vorlaender’s Kantian Synthesis of Marx and Kant”, Kant Yearbook, Volume 13, Issue 1, 2021, pp. 129-152.


Publicado en la página web redmed.org. 

http://redmed.org/article/kants-tercentenary-iv-kant-and-marx-road-universalism

Traducción al Castellano por Opción Obrera Venezuela