Opción Obrera ante las elecciones parlamentarias en Venezuela
1 Las elecciones parlamentarias previstas para el 6 de diciembre 2020, son un tema
apasionante, lo comprueban las declaraciones y acuerdos sobre ellas, por parte
de Trump, Pompeo, la UE, UK, países tan distantes y disímiles como el llamado
Grupo de Contacto Internacional donde está Corea del Sur, Israel, Canadá y el
Grupo de Lima, deberíamos estar satisfechos con tanta devoción hacia nosotros.
Parece haber una disyuntiva, la participación legítima
(reconocer al gobierno) y los que no participan para no avalarlo, además
denuncian que son fraudulentas, todo es absurdo. Hay algo concreto, la derecha
antifraude es golpista y a su vez el gobierno de Maduro les llama a participar
y es absuelta de toda culpabilidad. La participación no legitima al gobierno,
no necesariamente, y como la realidad pasa por allí, quiéralo o no la oposición
y el imperialismo de Trump, hay que ir a votar.
El voto va con una postura ante las contradicciones insuperables,
tanto por parte de los representantes oficiales, PSUV y sus socios, sus
escisiones como la oposición de derecha, para satisfacer las necesidades
básicas para la vida: Alimentación, educación, trabajo, salud integral, todos
los servicios nacionales, regionales y comunitarios.
Todos los candidatos obvian las penurias de las masas, gas o
leña, electricidad ¿cada cuánto?, agua, más no potable, cuando llegue,
telefonía e internet casi inexistente, muchas veces por robo de cables,
gasolina dolarizada y racionada, sin efectivo monetario, con escaso, costoso y
mal servicio de transporte, todo esto junto al salario casi a cero, y el
desempleo. Nada de esto está en los programas de ninguna lista electoral.
El voto debe ser nulo, o en el caso sobrevenido por un
candidato, que no sea ni del gobierno ni de la oposición de derecha, con una
posición dentro de algunos de estos problemas y su propuesta combativa, su
apoyo local o circunstancial. La abstención favorece al boicot de la derecha
nacional y la internacional.
La prioridad son los trabajadores y las comunidades de todo
el país, todo programa de gobernabilidad tiene que partir de acá, no al revés,
como lo está haciendo el gobierno y como lo propone la oposición. Un plan para
la recuperación de los servicios, debe ser debatido (no deus ex machina), con
rendición de cuentas periódicas, y revocabilidad para los ineptos.
Ratificamos Nacionalización de la Banca y del Comercio
Exterior, no a la privatización de PDVSA ni de las empresas estratégicas,
Control Obrero sobre la producción y la administración de todo lo anterior. No
al pago de la deuda externa. Retribución para las empresas extranjeras en el
país, del mismo trato que hacen sus gobiernos respectivos contra Venezuela.
Salario mínimo igual a la cesta básica y escala móvil de salarios. Por un
Gobierno de los Trabajadores.
2 La “fortaleza” del gobierno está en la incompetencia de la
derecha para abordar las condiciones materiales del país y ofrecer una
alternativa, a los trabajadores y a las comunidades. Venezuela tuvo por muchos
años cifras de un país con un PIB muy alto respecto a su población y tamaño,
pero basado exclusivamente en el ingreso por la venta de petróleo. Hoy lo que
sucede en Venezuela obedece a uno de los derrumbes capitalistas más
estrepitosos del mundo en este siglo, sino el mayor, y todavía sigue su deriva,
ahora bien, aun se cuenta con recursos (materia prima vital para impulsar el
desarrollo del país y de interés estratégico para el mundo, bajo nuestras
condiciones) además medios de producción existentes dilapidada por todas las administraciones
capitalistas, ¿Cuál es su propuesta?, desde su perspectiva tiene que venir un
ciclón de liberalismo económico, apretarse más los cinturones para poder
resurgir, y sucede que este gobierno viene de un hilo populista (antiliberal) y
la forma de alcanzarlo, es a través de una voltereta (liberal) del mismo
gobierno, que ya lo está haciendo, como política de estado, pero no va a
permitir, cedérselo a otros actores. Los actores, de la oposición, no tienen
ataduras en ese sentido, además no tienen el gobierno, pequeño obstáculo, lo
perdieron hace 22 años, ahora también dentro del movimiento obrero resucitan
dirigentes sindicales burócratas que intentan encausar el descontento de los
trabajadores hacia la oposición de derecha.
El petróleo es necesario en las condiciones que sean, plena
producción, recesión o guerra. Entre todo lo malo, hay a quienes les va peor,
la Exxon-Mobil salió a finales de agosto, como accionista del Dow Jones,
industrial, luego de más de 90 años de estar entre los primeros de ese índice
bursátil.
Venezuela tiene menos del 1% de la producción mundial de
petróleo, pero por sus reservas, su ubicación, su relativa facilidad para
producir, sus activos, son parte de las joyas de la corona, en cuanto a
suministro de energía primaria, por eso la codicia, a pesar de su
descomposición económica.
Las elecciones, expresan lo que está patente en el escenario
internacional, las propuestas de Maduro se enfrentan a la amenaza gringa sobre
Venezuela, y cada quien se juega su interés, los trabajadores tienen sus
propios intereses, pero no pueden aislarse de este suceso, que les hace su vida
miserable.
3 En Venezuela, la participación electoral dividió a la
oposición, en radicales y conciliadores, dividió al gobierno de un sector de
sus aliados del Gran Polo Patriótico.
El gobierno prefiere abstención para los descontentos, pero
para sus aliados pide el mayor compromiso, so caerle tribunales e
intervenirlos, o dividirlos. Hasta en las elecciones en EEUU, debaten o
asienten su compromiso contra Venezuela, ratifican lo que Obama inició al
declarar a Venezuela como una amenaza a la democracia norteamericana, Trump lo mantiene
y lo envilece con sanciones y promoviendo golpes. En las elecciones próximas
cada quien amenaza con la “venezolanizacion” de cada país, y se dividen en
reconocedores del gobierno de Maduro y sus contrarios, hasta en el mundo se
divide entre este dilema y los más variados matices de estos extremos.
El gobierno como todos otros gobiernos no quiere abandonar
el sitio, pero no depende de lo legal y lo ilegal, de lo desagradable o
repulsivo, no se defiende a este gobierno per se. Lo que se juega estratégicamente,
se refiere a, o es, la defensa del gobierno y de Venezuela, respecto a los
intentos permanentes de la oposición de la derecha de golpe asociado a los
poderes de la derecha norteamericana, no significa esto que estamos por el ala
moderada, si se acepta el término a sectores económicos del gobierno de EEUU, también
muy poderosos, pero el hecho real, concreto y muy actual, es que el acicate de
la intromisión golpista es “mayamera”, gusana, republicana asociada a
Trump.
Al gobierno de Maduro, lo definen como Estado policial,
dictadura, o “el régimen “simplemente, con su acentuación. Sin duda es un
gobierno con una represión muy eficaz y selectiva, es bonapartista, con muy
fuertes acciones arbitrarias, sin embargo, hay que señalar que aceptando un
marco sui generis de estado policial,
para acuñarlo a Venezuela, Colombia va más allá de este término, convive
con el paramilitarismo asociado a la producción y tráfico de drogas, Méjico es
relevante en la organización y armamento de las bandas de los carteles de las drogas, la Rusia bajo dominio absoluto
de Putin y los gobiernos de EEUU, no solo el actual sí son la cuna del dominio
y abuso de la policía, ahora enfrentada por las masas en un acción
prerrevolucionaria en este último país mencionado.
Y viene al caso, porque que Venezuela, con gobierno
incluido, está sometida a acciones, intervenciones, operaciones militares,
atentados, sanciones económicas, robo de activos por parte de las naciones más
poderosas del mundo. Algo elemental, esto no está aislado o al margen de la
lucha de clases, no es solo por los recursos del país, sobre todo el petróleo,
además es político, y detrás están las acciones contra los trabajadores, que
acabaron con las mafias sindicales tradicionales de hace más de 70 años, no con
esto se defiende a la nueva camada de burócratas apoyados por el gobierno. El
gobierno es un muro de contención para las movilizaciones de los trabajadores,
un muro que tenemos que derribarlo nosotros los trabajadores, también nos toca evitar
que otros vengan a sustituir ese muro por otro.
4. El desenlace de la situación de Venezuela afectará de
manera positiva o negativa, a toda América Latina, es un hecho no sorteable, que
puede convertirse en una situación revolucionaria, como un hecho objetivo, no
por las elecciones, por su resultado o por su postergación, sino por la
magnitud de la bancarrota capitalista en Venezuela y sus consecuencias.
En Venezuela la derecha con las condiciones tan desastrosas del
gobierno, no ha podido absorber el descontento popular, tampoco hay movilizaciones
masivas independientes de los trabajadores y las masas, el programa nacionalista
del chavismo desarmó a toda la izquierda, una parte todavía, vive pegada a la
poca leche que le da la teta del gobierno, la otra fatigada participó en la gestión
“socialista” de la economía capitalista en el chavismo, avanzó tanto que ya no es
funcional, sino directamente aliada del imperialismo, por descarte, piden la caída
del gobierno, tan vehemente como lo hace la derecha, aquí no hay nacionalismo
de por medio, el nacionalismo lo cubrió el gobierno y se agotó, he allí el impase
para los trabajadores y para el país,
La tarea para la IV Internacional no es asombrarse por la insuficiencia
de organización y lucha de los trabajadores, estamos cansados de decirlo,
Venezuela está en la primera línea, es un blanco central del imperialismo y de
todos sus aliados en América Latina e internacionalmente, los compañeros que
pretenden o se proponen construir la IV Internacional, no pueden seguir mirando
para otro lado respecto de Venezuela, es inexcusable, no tomar partido sobre su
situación dentro del ya convulso contexto latinoamericano.
La situación de Venezuela es histórica y concreta, que no la
percibe la izquierda o la percibe mal, las masas se han desmovilizado por un
lado por la represión del gobierno, y por el otro, defraudadas por la retórica
nacionalista del bonapartismo, que las politizó, no correctamente, pero las envolvió
con un populismo militante disfrazado de socialismo.
La tarea central del momento para Opción Obrera es construir
un núcleo que fomente y participe en las luchas aisladas, espontaneas, ante la situación
y las ligue a una tarea consciente para salir de la crisis estructural capitalista
solo con un gobierno de los trabajadores, el cual solo podría perdurar en el
marco de los Estados unidos Socialistas de América Latina
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