Opción Obrera es la sección venezolana de la CRCI (Coordinadora por la Refundación de la IV Internacional)

Propulsamos el desarrollo de una política proletaria al seno de los trabajadores tras su independencia de clase y una organización de lucha para su liberación de la explotación e instaurar El Gobierno de los Trabajadores, primer paso hacia el socialismo.

Ante la bancarrota capitalista mundial nuestra propuesta es que:


¡¡LOS CAPITALISTAS DEBEN PAGAR LA CRISIS!
¡LOS TRABAJADORES DEBEN TOMAR EL PODER!



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jueves, 21 de marzo de 2019

Luego del sabotaje al Sistema Eléctrico Nacional


Luego del sabotaje al Sistema Eléctrico Nacional 
Un acto terrorista del imperialismo yanqui, ¿cómo respondemos?



Balance y propuesta desde la Plataforma Revolucionaria de Lucha Aragua

El apagón de casi toda Venezuela, producido por un ataque artero del gobierno de EEUU al sistema central de control de las hidroeléctricas del río Caroní, Guri, Caruachi y Macagua, y al Sistema Interconectado del Servicio Eléctrico Nacional, SEN, es un atentado criminal contra todo el país del cual aún no se cuantifican los daños ni sus consecuencias.

El gobierno admite que el 80% de la generación y distribución eléctrica se sustenta en las hidroeléctricas del Caroní. El ataque cibernético consigue al SEN con un parque termoeléctrico complementario y alternativo inoperante, en estado de parálisis por falta de mantenimiento: reparaciones, repuestos, combustibles, inversiones, personal técnico capaz; y del cual es totalmente responsable el gobierno desde hace tiempo.

El gobierno en su ineptitud no tenía una respuesta para siquiera evitar o disminuir los daños, su móvil o prioridad es mantenerse en el poder a costa de nuestro sacrificio. El castigo a los causantes de tan bestial ataque es lo menos que el gobierno considera, sea bien por su debilidad o por su cobardía, no enfrenta o no quiere molestar más a su enemigo. Planteamos que sus autores intelectuales y materiales deben pagar por lo que hicieron y en ese sentido hay que asumir una campaña para que se concrete.

Es evidente y lamentable que el daño realizado a la población venezolana es irreparable, así como a la economía del país, sobre todo a la industria, lo que implica menos producción y mayor desempleo. La privación de electricidad se juntó a la falta de agua, que ya existía y se agudizó, y a la falta de gas doméstico, en un contexto donde la adquisición de alimentos es cada vez más costosa y difícil. Las pérdidas significan una catástrofe nacional semejante a una tragedia por un fenómeno mayúsculo de la naturaleza.

La corrupción, ya de por sí abrumadora, se acentuó durante la crisis, y luego de superada ésta es aún mayor. Es patético el caso de los llenaderos del gobierno para la adquisición del gas y recargar una bombona. Bajo el mejor estilo gansteril que va desde el máximo jefe hasta el que opera el servicio, el cobro de la coima se incrementa día a día.

No menos importante es ya la práctica usual del robo descarado de cables de electricidad y de telefonía, donde la complicidad por parte de las instituciones respectivas –en el mejor de los casos miran para otro lado–, es la única manera de llevarlos a cabo: conocimiento del sitio, del objetivo, equipos para llevarlo a cabo y luego cobrar para reponerlo en el mismo lugar o en otro. No tiene otro nombre que el de mafias organizadas dentro de Corpoelec y Cantv.

Un gobierno tímido frente al ataque imperialista

Mientras el gobierno emite una orden de desalojo a todo el personal criminal de la embajada de EEUU, en la misma misiva deja abierta la posibilidad de un diálogo a través de los canales adecuados a través de las ONU. La respuesta de los venezolanos, por el contrario, debe ser del mismo calibre con las que estamos siendo atacados: sanciones y confiscaciones, temporales o fijas al interior del país de todas las plantas e industrias de los países que nos confiscan cuentas, activos, recursos, el oro. Si ellos nos dan guerra nuestra respuesta ha de ser la guerra revolucionaria, las reformas fracasaron porque vienen por todo.

Con el cerco económico y la postración de la economía la solución para el gobierno, para sostenerse en el poder a costa del sacrificio y los costos que pagamos los trabajadores y el pueblo venezolano, más allá de conseguir un mejor arreglo o acomodo dentro de las condiciones de explotación, es la de seguir atado a las relaciones económicas capitalistas subordinadas al capital financiero, marco del cual nunca se intentó salir en estos 20 años de período histórico.

La defensa de Venezuela solo se puede apuntalar por parte nuestra con total autonomía, sin darle un voto de confianza al gobierno. Nuestra defensa del gobierno, en esta guerra revolucionaria contra el imperialismo yanqui, no implica algún apoyo a su gestión, de la cual es culpable ante el desastre de su administración. Tampoco es darle mayor poder al gobierno. En todo caso sería al revés, conseguir mayor poder o autonomía por parte nuestra, de los venezolanos y sus trabajadores, para reconstruir el país en su beneficio, no para hacerlo en el marco de la explotación y que se continúe como veníamos.

La debilidad del gobierno, indudable desde todo punto de vista, es respecto a la oposición de la derecha tradicional acicateada por el imperialismo. Para contrarrestarla tendría que afianzarse más en las masas, en particular en los trabajadores, pero a eso le tiene pavor. ¿Por qué? Porque entre ellos se trata de un reacomodo entre los capitalistas del país, los foráneos y los nacionales, los que surgieron protegidos por el ala del chavismo y los que tradicionalmente se aprovecharon de la renta petrolera desde antes de la cuarta república. Para con nosotros, los explotadores de cualquier signo pierden el chivo y el mecate, los medios de producción y sus relaciones sociales basadas en la explotación.

Ahora bien, sin que nos pregunten, o nos lo pidan, nuestro deber es fortalecer el campo nacional respecto a la ofensiva imperialista, y en ese sentido es necesario darle mayor sustento a eso que llaman poder popular, que no es más que tratar de sobrepasar algunas de nuestras penurias e incluir, es decir, continuar o no abandonar, la lucha por satisfacer nuestras más elementales necesidades.

No más sacrificios para los trabajadores

Nuestras propuestas económicas, para recuperar el país a favor de los trabajadores, no se deben abandonar sino fortalecer, de lo contrario, estamos favoreciendo rehabilitar a la economía dentro del marco del rentismo, es decir para que siga el parasitismo y la dependencia del país como productor de materias primas y comprador de todo lo que podamos importar, de acuerdo a nuestro rol en la división del mercado mundial capitalista.

Hay que proponer un plan concreto sobre los servicios mínimos y vitales. Para eso los compañeros, mujeres y hombres que tienen actividad en sus comunas son indispensables, para que lo debatamos y aprobemos en lo más inmediato posible.

Agua: potabilizar el agua, establecer tomas o llenaderos para la población donde no llega por tubería, bajo el control de las propias comunidades. Tener acceso permanente al agua potable debe ser la prioridad para las comunas y no para las embotelladoras y las fábricas que utilizan el líquido para hacer gaseosas, cervezas u otras bebidas no imprescindibles.

Electricidad: priorizar poner al día la operatividad al 100% del parque termoeléctrico en cada región. Hacer de conocimiento público su plan de mantenimiento, suministro de combustible y su interconexión con el Sistema Eléctrico Nacional. El funcionamiento del alumbrado público debe estar bajo control de las comunidades y comunas y no, como ocurre actualmente, de las alcaldías.

Insistimos como lo planteamos en nuestra declaración anterior: la salida política a la crisis tiene que ir acompañada con propuestas económicas para reactivar la producción en todos los sectores estratégicos esenciales y bajo el papel director que jueguen los trabajadores y el pueblo, totalmente en sentido opuesto a las que lleva a cabo el gobierno actual.

La planificación y su orientación para el desarrollo de la economía tiene que ser sustentada en:

1 Nacionalización y unificación de la banca.

2 Nacionalización del comercio exterior.

3 Nacionalización total de las empresas estratégicas sobre todo PDVSA, todas, incluidos los puntos 1 y 2, bajo control de los trabajadores elegidos en asambleas, con entrega de cuentas y revocables en todo momento, este control obrero debe tener acceso a los libros sobre la producción y sobre la administración.

4 El no pago de la deuda externa.

5 Salario mínimo vital de acuerdo a la canasta básica familiar, escala móvil de salarios y la contratación colectiva. 

Toda acción presupuestaria tiene que estar bajo este marco o conjunto de medidas macroeconómicas.

Plataforma Revolucionaria de Lucha Aragua 
20 de marzo de 2019


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