Opción Obrera es la sección venezolana de la CRCI (Coordinadora por la Refundación de la IV Internacional)

Propulsamos el desarrollo de una política proletaria al seno de los trabajadores tras su independencia de clase y una organización de lucha para su liberación de la explotación e instaurar El Gobierno de los Trabajadores, primer paso hacia el socialismo.

Ante la bancarrota capitalista mundial nuestra propuesta es que:


¡¡LOS CAPITALISTAS DEBEN PAGAR LA CRISIS!
¡LOS TRABAJADORES DEBEN TOMAR EL PODER!



Comunícate con nosotros por los siguientes buzones de correo:

info@opcionobrera.org
opcionobrera@yahoo.com
opcionobrera@hotmail.com





miércoles, 24 de diciembre de 2014

Jorge Altamira sobre la nueva situación en Cuba y sus perspectivas


Una charla que no se puede dejar de ver y oír respecto a las perspectivas que se le abren a la clase obrera cubana, y en particular, a la clase obrera venezolana y latinoamericana, en el marco de apertura de relaciones comerciales entre Cuba y Estados Unidos y la posibilidad del fin del bloqueo impuesto por el imperialismo a la isla y a la revolución cubana.

!David venció a Goliat¡

Advertencia: el siguiente video dura aproximadamente 2 horas. Dedíquenle el tiempo necesario para verlo completo.


martes, 23 de diciembre de 2014

El bloqueo contra Cuba no fue levantado

23 de diciembre de 2014 Jorge Altamira Prensa Obrera Partido Obrero Argentina

El bloqueo contra Cuba no fue levantado

El anuncio acerca de una reanudación de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba fue predicado en estrecha relación con un levantamiento del bloqueo norteamericano contra la Isla, que ha durado más de medio siglo. La alusión de Obama al 'fracaso' de esta larga operación de sabotaje contra la Revolución Cubana dejó ver una decisión política que va más allá de un intercambio de embajadores y una ampliación de las posibilidades de remesas de los cubanos en el exterior. El llamado 'fracaso' no fue estrictamente tal, esto porque el bloqueo jugó un papel fundamental en el aislamiento de Cuba y en la reorganización capitalista 'neoliberal' de las dictaduras militares impuestas por Washington. Aclarado este punto, la ausencia de un acuerdo de levantamiento del bloqueo ha sido atribuida a que esto se encuentra fuera del alcance de las facultades ejecutivas del Presidente, y a la necesidad, por lo tanto, de un voto favorable del Congreso. Obama, según todo esto, habría decidido separar la reanudación de las relaciones diplomáticas del levantamiento del bloqueo, para presionar a las cámaras con un hecho consumado que ayude a quebrar las resistencias de los adversarios de un acuerdo, tanto republicanos como demócratas.

Este relato, sin embargo, es una versión interesada que apenas logra disimular la estrategia de EEUU. Precisamente por el limbo en que ha quedado el levantamiento del bloqueo, la reanudación de las relaciones diplomáticas ha sido tomada con reticencia en el gobierno cubano - se produjo finalmente luego de una larguísima ronda de negociaciones bilaterales y papales. La prenda que decidió a Cuba la aceptación del acuerdo fue la liberación de los tres militantes del contraespionaje cubano encarcelados en Estados Unidos, que se produjo luego de que Cuba transmitiera a los servicios norteamericanos las pruebas de las actividades terroristas que se pergeñaban desde Miami. Es claro que el fin del bloqueo está sujeto a una serie de negociaciones de primer orden, en cuyo núcleo se encuentra el carácter social de la Isla. Como lo explicitó con claridad insistente un defensor de las decisiones de Obama, si Cuba no ofrece concesiones significativas en el curso de las negociaciones próximas “siempre existe la posibilidad de retirar la oferta de levantar el embargo” (CNN, programa de Fred Zacharías, 21.12).


Intereses en pugna

La versión que han ofrecido los medios, acerca de una reconciliación política, no pasa de una descripción idílica de lo ocurrido. De aquí en más se abre, por el contrario, un período de mayor crisis política – tanto en el campo imperialista como en Cuba. El debate en el Congreso norteamericano no girará, solamente, entre los 'halcones' que no abandonan la política de agresión directa y las 'palomas' que buscarían restablecer una hegemonía 'gradual' sobre la Isla. La derecha norteamericana y el uribismo caribeño apuestan a un fracaso de la política de la 'zanahoria' y creen, por el contrario, que un retorno a la del 'garrote' está ganando terreno. En donde mejor se expresa este enfrentamiento es en Venezuela y en Colombia, con la división producida en la derecha misma - en las filas de los 'escuálidos', esto en Venezuela, y en las de Uribe-Santos, en Colombia. La derecha no ha renunciado a capitalizar la acelerada crisis en Venezuela, todo lo contrario. También espera explotar una victoria hipotética del macrismo e incluso de Massa o Scioli en Argentina, ni qué decir de una victoria republicana en Estados Unidos dentro de dos años.

Un aspecto relevante de esta crisis es la cuestión inmigratoria en Estados Unidos, donde Obama tuvo que intervenir en forma similar a la que empleó con Cuba: mediante el uso de poderes ejecutivos (gobierno por decreto), que deja sin resolver, sin embargo, la regularización efectiva de varios millones de personas. La reanudación de relaciones con Cuba no es ajena a este asunto, dado que la inmensa mayoría de los inmigrantes son de origen latinoamericano y su movilización política crece en forma persistente. Obama echa lastre en uno y otro terreno. Contra una opinión que se ha generalizado en la izquierda, la crisis mundial ha hecho perder la iniciativa estratégica al imperialismo.

La derecha no es la tendencia dominante en este momento en el campo imperialista. Desde hace por lo menos dos décadas, las mayores corporaciones capitalistas abogan por el incremento sustancial del comercio entre ambas partes (Cargill, Caterpillar, General Motors); en la década del 70, las automotrices apoyaron con todo el comercio entre Argentina y Cuba, aunque financiado por el Tesoro rioplatense. El eje de la confrontación en el Congreso norteamericano girará alrededor de los términos a imponer a Cuba para un levantamiento del bloqueo. Este debate dejará al desnudo el choque de intereses al interior del imperialismo norteamericano. En resumen, la reanudación de relaciones diplomáticas no equivale a un cese del bloqueo, aunque aparezca como un paso contradictorio en esa dirección, ni atenúa el conflicto histórico desatado por la Revolución Cubana; por el contrario, deja paso a un choque fundamental entre los intereses del imperialismo, por un lado, y la independencia nacional y la naturaleza social de Cuba, por el otro. La sombra de lo que fue la Revolución Cubana, a 150 kilómetros de las costas norteamericanas, sigue siendo una astilla en el corazón del imperio, porque aún representa las aspiraciones nacionales y sociales de las masas de América Latina.


América Latina

La cuestión de Cuba se entrelaza con el conjunto de la crisis en América Latina. El acercamiento diplomático EEUU-Cuba es la última expresión de una larguísima colaboración política, cuya manifestación más relevante ha sido la mediación de Cuba en el conflicto colombiano. Asistimos a una operación continental. Brasil, por ejemplo, ha sido una fuerte inversora en Cuba; el FA de Uruguay aceptó acoger a los presos de Guantánamo. Tampoco aquí los intereses son homogéneos: los gobiernos 'progresistas' buscan proteger por la vía de ese acercamiento el grado de autonomía que desarrollaron en los últimos años como consecuencia de la valorización de los precios internacionales de las materias primas. La finalidad última de estas burguesías nacionales es, sin embargo, la misma que la del imperialismo – la reintegración de Cuba al estatuto capitalista mundial. Un punto central es la reincorporación de Cuba a la OEA, lo cual significaría dos cosas: por un lado, poner fin a los desafíos (tímidos) de separar a América Latina de Estados Unidos (o sea salvar el sistema panamericano); por el otro, que Cuba acepte los principios políticos y sociales del sistema interamericano. Estos desenvolvimientos internacionales vuelven a poner de manifiesto la importancia estratégica de la reivindicación de la Unión Socialista de América Latina y su valor como defensa política de la Revolución Cubana. El condicionamiento del levantamiento del bloqueo apunta a negociarlo contra los principios que aún quedan en pie de esa Revolución. El levantamiento del bloqueo, reclamamos nosotros, debe ser incondicional.

Las perspectivas que plantea un levantamiento del bloqueo norteamericano depende del carácter concreto que asuma, por un lado, y por sobre todo del balance de fuerzas en la sociedad y el Estado cubano. Cuba se encuentra ante un impasse terminal, pues sus fuerzas productivas han dejado de crecer. Es una economía racionada, en especial desde hace un cuarto de siglo, que se sostiene en base a subsidios fiscales, que frena una acumulación del escaso excedente económico. La apertura al capital extranjero ha sido un fracaso, sea en significación, sea como vía de salida al estancamiento. La asociación del estado al capital extranjero, por la vía de uniones o por la impositiva, le permite apropiarse del excedente que crea la fuerza de trabajo, por medio de una remuneración muy abajo de su valor. Se trata de un método parasitario de subsistencia, no de una vía de desarrollo. El despido de centenares de miles de trabajadores del Estado que ha producido la llamada reforma de la economía, es una expresión contundente del agotamiento de este tipo de régimen. La finalidad de crear una fuerza de trabajo 'libre' a disposición del capital privado no ha tenido ninguna manifestación concreta del otro lado de la ecuación, el capital, y solamente podría tenerla por medio del capital extranjero, lo que significa una nueva colonización imperialista. El punto de partida para un nuevo equilibrio económico, desde el punto de vista del trabajo, pasa por eliminar esta relación parasitaria capital-estado sobre el conjunto de la sociedad, mediante la reapropiación del estado y los recursos estratégicos por parte de los trabajadores. Es desde una gestión colectiva de los trabajadores que debe abordarse la transición del parasitismo burocrática a un proceso de desarrollo. Esa transición, de todos modos, no es un asunto exclusivamente nacional sino que será condicionado, al menos en última instancia, por el desarrollo de la bancarrota capitalista a nivel mundial, con sus dos componentes fundamentales: una agudización de las luchas populares y el ascenso de una izquierda revolucionaria.


Programa

Las posibilidades de desarrollo que se atribuyen a una apertura de Cuba al capital extranjero, son puras fantasías. Dependerían, esencialmente, de una fuerte mediación del Estado, que para eso debería estar bajo el control efectivo de los trabajadores – no de una superestructura como la que representa la burocracia, que a su vez se escinde ante las nuevas presiones de afuera y de adentro. Haití, Puerto Rico, Santo Domingo o Panamá y las islas caribeñas son una muestra de los resultados históricos que podría producir una apertura incondicional al capital financiero. El resultado de un levantamiento del bloqueo no será independiente del programa que apliquen y de la fuerza que desenvuelvan cada uno de los protagonistas sociales fundamentales: el imperialismo, la burocracia, los trabajadores. El primer desafío de la nueva etapa para los trabajadores, para los socialistas y para la IV Internacional es la elaboración de un programa propio.

El nuevo giro político que se perfila en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos tendrá lugar con una demora enorme en relación a las restauraciones capitalistas en Europa y Asia en los 80/90, y ocurre en el marco de una bancarrota capitalista de alcance planetario. Esta discrepancia de los tiempos políticos no tiene una importancia menor; nada hay más relevante, en la política, que los tiempos y los contextos. En Cuba, la restauración capitalista plantearía la pérdida más o menos inmediata de su independencia nacional; la burguesía que podría tomar el relevo del estado cubano se encuentra en Miami; un apoderamiento de empresas por parte de la burocracia de La Habana enfrentaría más conmociones que las que atravesó la Unión Soviética. El entorno inmediato de Cuba – América Latina – se caracteriza por convulsiones reiteradas, que se desplazan de un país a otro. La crisis mundial le está pegando ahora con más fuerza. En este marco, la iniciativa de Obama tiene los trazos de un Frente Popular extra nacional entre el imperialismo 'democrático' y las burguesías latinoamericanas, de un lado, y una gran parte al menos del aparato de estado de Cuba, del otro. Los Frentes Populares aparecen, históricamente, como recursos para contener procesos revolucionarios. En Estado Unidos, las huelgas y movilizaciones de inmigrantes, y las recientes manifestaciones contra el gátillo fácil son indicios de la agudización de las contradicciones sociales en la principal metrópoli del imperialismo, que empujan en dirección a un frente popular en la política internacional.

La revolución cubana y la historia de Cuba de las seis décadas últimas no se han caracterizado por repetir en forma mecánica experiencias ajenas. Muy lejos de ello; más cerca geográficamente que ningún otro país con historia revolucionaria y contrarrevolucionaria, es el que menos ha cedido a la presión del capital internacional. Cuba no ha sido ni será un 'deja vu', al contrario se desatarán nuevas crisis y la posibilidad de nuevas revoluciones.

sábado, 13 de diciembre de 2014

Crisis Mundial

01/12/ 2014 Prensa Obrera # 1344 Nicolás Roveri - Jorge Altamira Partido Obrero Argentina

No sólo el petróleo derriba a las bolsas

El martes 9 tuvo lugar una caída generalizada de las bolsas, en especial Shangai, China, y el colapso de la de Atenas -un 13 por ciento. ¿Acaso el "giro en la crisis mundial", detonado (pero no ocasionado) por el derrumbe del precio del petróleo, está llevando hacia una nueva bancarrota financiera -como la que ocurrió, en 2008, a partir de la quiebra del banco Lehman Brothers y la gigante del seguro AIG? La onda expansiva de China se manifestó en las bolsas de Europa, en el Bovespa de Brasil y en el Merval de Buenos Aires.

La baja del crudo

La baja del precio del crudo ha tenido un efecto devastador sobre compañías y Estados petroleros, extendida al instante al sistema bancario que los financia y al mercado de valores que cotiza sus acciones. En seis meses, el petróleo ha perdido la mitad del precio. Los especialistas discuten acerca de si este desmoronamiento obedece a un exceso de oferta o a una retracción de la demanda. Se trata, en realidad, de la conjunción excepcional de ambos factores: una sobreproducción originada por el ingreso al mercado de yacimientos que implican mayores costos de producción y un repliegue del consumo debido a la recesión que afecta a Europa y parcialmente a Asia. El impacto positivo que la caída de precios podría representar para el consumo está neutralizado por el incremento del valor real de las deudas, ya impagables, que produce una reducción de los niveles de precios.
Los países que se encuentran en la situación más comprometida son Venezuela, Brasil, Rusia y Nigeria; en el caso de las compañías, obviamente Gazprom, Petrobras o PDVSA, pero también las independientes que explotan el gas y petróleo no convencionales en Estados Unidos, fuertemente endeudadas a tasas de interés muchos puntos arriba del mercado. Petrobras, que explota el pre-sal en aguas profundas, ha perdido el 60% de su capital en Bolsa. También han sufrido un impacto fuerte las empresas de servicios tecnológicos, como Schlumberger y Tenarias YPF; Petrobras y Tenaris lideran las bajas de la Bolsa de Buenos Aires. En definitiva, el colapso del petróleo ha afectado a la cadena de pagos y al sistema financiero.

China y Asia

La caída de más de 5% en la Bolsa de Shangai fue gatillada por la introducción de nuevas reglas o parámetros para calificar la solvencia de los bonos corporativos de corto plazo (hasta 182 días); una forma de reconocer que los que se trafican en la actualidad tienen incorporado un riesgo elevado. Apunta a frenar el alto endeudamiento en la construcción, ocasionado por la especulación inmobiliaria. La nueva regulación deja fuera de precio al 60% de los bonos listados en los mercados -unos 200 mil millones de dólares (1,25 billón de yuanes) (Marketwatch, 9/12)-, que deberán ir a buscar refinanciación a las entidades fuera del sistema bancario, a tasas más altas de interés. El endeudamiento de este sistema bancario en las sombras es ya, sin embargo, muy elevado, y no cuenta con la garantía de rescate del Banco Central. Sobre llovido mojado, el Banco Central de China ha subido la tasa de interés de referencia, lo que afecta la capacidad de repago de los deudores.
Otra importante economía asiática que se desacelera es Japón, a pesar de las operaciones de inyección de fondos para revivir la economía y aumentar las exportaciones, mediante la devaluación del yen. También -muy importante- imponiendo una mayor flexibilización laboral. No hubo caso.
Piñata griega
La mayor caída de la Bolsa de Atenas en 27 años fue determinada por la convocatoria a elecciones anticipadas, que habrá de provocar el fracaso del parlamento para elegir a un nuevo presidente de la República. La victoria cierta del emergente movimiento de izquierda, Syriza, pone un signo de interrogación sobre el paquete de rescate al país, que, sin embargo, acaba de ser cuestionado incluso por el partido conservador en el gobierno. Syriza ha abandonado la intención original de cuestionar la deuda pública de Grecia (que después de un ajuste brutal es más alta que al comienzo -un 170% del PBI), e incluso de anular el llamado Memorando, en referencia a las medidas de ajuste. Bien mirado, Syriza es sólo el pretexto de una situación al borde del estallido. Grecia preocupa por sus repercusiones en Italia, cuya economía está paralizada y su deuda pública en un aumento sin pausa, así como por la situación de deflación en el conjunto de la zona euro. Grecia arrastró las bolsas de toda Europa al rojo.

La situación financiera corriente es más grave que la de 2008, porque la deuda total es mayor y su capacidad de pago menor. Hace un par de semanas, el ‘mercado’ tuvo un episodio de ACV, cuando desapareció de forma súbita toda forma de financiamiento, incluso en el mercado interbancos. Los mejores analistas -una minoría- interpretaron muy bien que la desaparición brusca de la liquidez indicaba que el mercado estaba abarrotado de papeles de deuda que no se van a pagar. Así empezó, un “martes negro" de julio de 2007, la crisis mundial en curso.
El curso que siga la crisis se deberá reflejar en los movimientos del oro, el cual ha perdido cerca de la mitad de su cotización en el pico (cerca de 2.000 dólares la onza a cerca de mil). Asistimos a una caída relativa frente a un fuerte descenso de los precios mundiales. Si la crisis desata una crisis bancaria, habremos de ver en cambio una fuerte revalorización del metal en calidad de moneda refugio de valor, o sea de dinero en última instancia. Como se dijo en un artículo reciente en Prensa Obrera, el "giro de la crisis mundial" consiste en que ella mutaría hacia la forma de una bancarrota del tipo 1929/30, que dislocó el mercado mundial y fue acompañada por una crisis agraria que no terminaría hasta el estallido de la Segunda Guerra.


27/11/ 2014 Prensa Obrera # 1342 Jorge Altamira Partido Obrero Argentina

Un giro en la crisis mundial

Aunque numerosos comentaristas ven en la caída de los precios internacionales del petróleo la oportunidad para una reactivación de la economía mundial, lo cierto es que anuncia un período catastrófico para numerosos países que han sobrevivido a la crisis gracias a la elevada renta minera. Entre principios de siglo y una fecha reciente, el barril de petróleo había subido de 10 a 150 dólares -con una recaída muy fuerte en 2009, hasta una cotización media de 100 dólares antes del desplome a 75 dólares. Ahora, el derrumbe, en pocas semanas, ha sido superior, en algunos casos, al 25 por ciento. Con la excepción de Estados Unidos, los cambios en los precios internacionales no repercuten en los precios internos y son, por lo tanto, inocuos para reactivar el consumo final. Ocurre que la mayor parte de los gobiernos necesitan los impuestos a los combustibles para hacer frente al pago de la deuda pública y al rescate de los bancos. Si bien el precio corriente continúa elevado en cualquier comparación, su impacto negativo sobre la tasa de beneficio de las compañías petroleras es muy fuerte debido al aumento de los costos que acompañó el alza de precios, sea por un reparto de la renta entre todos los sectores que intervienen en la producción (servicios tecnológicos), sea por la incorporación de yacimientos que exigen procesos más caros, sea por el incremento de las inversiones. La caída del precio del petróleo replica la de todos los rubros de minerales metalíferos y alimentos. Este giro modifica el curso de la crisis mundial porque da de lleno en la periferia, en el mismo momento en que se ha hecho más aguda en Europa y Japón. En principio, esta tendencia empalma a la crisis mundial actual con la de los años 30 del siglo pasado, la cual se caracterizó, de entrada, por una fuerte crisis agraria y el colapso del comercio exterior de los países de menor desarrollo.

La caída del precio internacional del petróleo es atribuida a diversos factores: una caída de la demanda de China y Europa, un fuerte aumento de la producción de combustibles no convencionales en Estados Unidos y hasta una recuperación de la producción en Libia y en Irak. La crisis de sobreproducción en China es decisiva, porque la presencia económica de China ha sido un factor fundamental en la expansión del mercado mundial. China se encuentra, asimismo, en las vísperas de un estallido financiero. Del otro lado, la elevadísima renta petrolera había abierto espacio para la producción costosa de gas y petróleo no convencionales en Estados Unidos. En el mercado norteamericano, el precio del gas ha caído al límite de la rentabilidad. El descenso del precio de la nafta en el surtidor -o del gas para la industria y la calefacción- se verá opacado por el cierre de yacimientos, cuya productividad es declinante. El boom de los combustibles en Estados Unidos fue alentado por las bajísimas tasas de interés, que permitieron financiar inversiones que a otras tasas habrían sido prohibitivas. De victimario en la pelea del petróleo, Estados Unidos podría convertirse en víctima, en el caso de que se cumpla el anhelo de la banca central de aumentar los tipos de interés. Si esto no ocurriera por la presión de la industria, se habría bloqueado el intento oficial de evitar ordenadamente un estallido financiero internacional.

Una “guerra del petróleo”

Un factor esencial en el derrumbe de la renta petrolera es, obviamente, Arabia Saudita, la cual se niega a restringir la oferta de combustibles para detener la caída del precio, para no beneficiar a sus competidores. Se podría decir que se ha entablado una suerte de guerra del petróleo entre Estados Unidos y Arabia Saudita, porque aunque los norteamericanos aún no exportan, sí han dejado de importar. Los sauditas tienen espaldas para aguantar una guerra de precios, pero hasta cierto punto: aunque tiene los costos más bajos del mundo, el presupuesto del Estado depende como nunca de los ingresos del petróleo. Una disminución de los subsidios públicos desestabilizaría el orden político en el agitadísimo Medio Oriente.

Los eslabones débiles incandescentes de esta crisis son Brasil, Rusia y Venezuela. Los costos de Petrobras y de PDVSA superan cómodos los precios actuales del petróleo; en estos niveles ambas empresas son inviables. El problema es que, además, tienen deudas gigantescas y son fuentes de financiamiento de Estados con deudas aún mayores. Las acciones de Petrobras cotizan a la mitad de su pico; los brasileños han sido advertidos de esta catástrofe con bastante antelación, cuando quebró el aventurero nacional y popular de Brasil, Eike Batista, un Cristóbal López agrandado del país vecino. En Rusia ocurre todo esto con el agravante de que varias compañías internacionales han abandonado su asociación con compañías rusas, en el marco de las sanciones de la Otan por la crisis de Ucrania. La oligarquía rusa ha hecho causa común con el capital internacional y está fugando capitales de Rusia en gran escala; el rublo ha perdido en 30% de su valor en tres meses. Todo esto vale también para Ecuador o Bolivia. La crisis brasileña afectará a todo su vecindario. Como se ha dicho arriba, está en picada todo el universo de materias primas.

La principal repercusión, de una aproximación de la crisis mundial en curso a la de los años '30, será sobre el comercio mundial, porque reforzará las tendencias hacia la autarquía económica, y esto a una crisis del sistema monetario internacional. El 'ascenso' del partido republicano en Estados Unidos cobra relevancia, en este contexto, porque es el abanderado de la guerra comercial. Y naturalmente de la guerra interna -ahí está el juicio de Ferguson.